Un grupo de más de 140 jóvenes de la parroquia San Martín de Porres, del barrio porteño de Belgrano, ensayó una propuesta innovadora al sumar a sus progenitores en su última incursión misionera en la localidad bonaerense de Los Toldos. Los padres de los misioneros colaboraron con sus dones personales (conocimientos, profesiones y oficios) en la labor social y humanitaria.
Un grupo de más de 140 jóvenes de la parroquia San Martín de Porres, del barrio porteño de Belgrano, ensayó una propuesta innovadora al sumar a sus progenitores en su última incursión misionera en la localidad bonaerense de Los Toldos.
La iniciativa de sumar a los padres se constituyó, según explicaron los jóvenes, en una "prueba piloto" para experiencias posteriores y tuvo una repercusión fuerte en una comunidad tóldense, de casi 15.000 habitantes.
Los padres de los misioneros colaboraron con sus dones personales (conocimientos, profesiones y oficios) en la labor social y humanitaria. Así por ejemplo, un arquitecto y un matrimonio de psicólogos, contribuyeron desde sus lugares a refaccionar una casa familiar y a brindar apoyo a padres de jóvenes víctimas de adicciones.
[img]http://www.aica.org/subidas/5215.jpg[/img]
"El objetivo de este trabajo fue que la misión no se centre solamente en la contención espiritual y en la evangelización sino que también brinde ayuda sobre temas más sociales. Esta, fue justamente la innovación que se realizó a las misiones tradicionales", subrayó el párroco de Nuestra Señora del Pilar (Los Toldos), presbítero Horacio Adrián Lento.
Los misioneros buscarán sostener esta experiencia durante el receso escolar de invierno y las vacaciones de verano por tres años consecutivos, para luego dejar organizadas las bases de trabajo en la comunidad.
Para la llegada y recepción del nutrido grupo, se subdividieron en grupos de más de 20 jóvenes, se requirió el alojamiento de seis centros diferentes en la ciudad y de una logística y organización prolija y exhaustiva.
"Esto permitió a su vez que se generaran seis grupos que, si bien eran coordinados por los mismos sacerdotes, le permitían una total autonomía", detalló el sacerdote.
"La misión se extendió desde el 3 de enero hasta el 14 y lo más inédito para la comunidad es que se realizaron durante todos esos días cinco misas en forma simultánea", agregó.
El presbítero Lento agradeció el apoyo de los sacerdotes que acompañaron los misioneros: el párroco de San Martín de Porres, presbítero José Luis Rey y el presbítero Sergio Larrumbe. También a dos monjes del monasterio benedictino y a un sacerdote angoleño, que se sumó por algunos días.
Durante la misión se visibilizó también el trabajo pastoral que realizan en forma permanente las hermanas y los monjes benedictinos, que prestan un servicio muy importante a la comunidad.
El presbítero Lento manifestó su beneplácito por la excelente predisposición de los sacerdotes visitantes como también por la minuciosa organización y sincronización de los numerosos misioneros.
"Sobre todo me llamó la atención, la austeridad de los chicos en cuanto a lo material y a su reticencia a recibir regalos. Tenían clara conciencia de que venían a prestar un servicio a los hombres en nombre de Dios", valoró.
"Tras el paso de los misioneros la comunidad quedó movilizada y con muchas inquietudes a futuro. Ahora analizaremos qué cosas pueden realizarse en el corto y en el mediano plazo", concluyó.
Informes:
www.diocesis9dejulio.org.ar.+