La Gruta del puerto marplatense se colmó de miles de fieles que, como cada 11 de febrero, quisieron honrar a la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora de Lourdes. La misa fue presidida por el nuncio apostólico monseñor León Kalenga Badikebele, en su primera visita a la diócesis, concelebrada por el obispo diocesano, monseñor Gabriel Mestre, y decenas de sacerdotes que acompañaron la celebración. Al iniciar la Eucaristía, el representante del papa Francisco en la Argentina descubrió una placa que luego bendijo como recuerdo de su visita a la Gruta y a la ciudad.
Con una misa presidida por el nuncio apostólico,
monseñor León Kalenga Badikebele, la comunidad de Mar del Plata honró este 11 de febrero a Nuestra Señora de Lourdes en la gruta dedicada a ella.
La Eucaristía, que reunió a una multitud de fieles, fue concelebrada por el obispo diocesano,
monseñor Gabriel Mestre, y decenas de sacerdotes.
Monseñor Kalenga Badikebele manifestó su profunda alegría por lo vivido en la celebración y en estos breves días de estadía en la ciudad: el cariño de los fieles, el amor al papa Francisco, y pidió rezar y preparar los corazones para la visita de Su Santidad a nuestro país.
Durante su homilía, como es habitual, monseñor Mestre expresó tres ideas: acción de gracias, intercesión e involucrarse. "En este marco, en la gruta de Lourdes, damos gracias a Dios por el don de la fe, el don de la maternidad de María para toda la Iglesia y para cada uno de nosotros. Damos gracias a Dios por este lugar sagrado custodiado por las hermanas en el servicio a los enfermos, y en la atención pastoral. Damos a gracias a Dios por al presencia de ustedes hoy y también de los que participaron de la novena preparando el corazón para celebrar la fiesta de la Madre y de la Gruta. Gracias monseñor León Kalenga Badikebele, por su presencia en nuestra ciudad y en nuestra diócesis: esta es su comunidad querido monseñor, esta es la Iglesia particular que lo recibe con alegría, con respeto y profunda fe", manfiestó el prelado.
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"Segundo: la intercesión. Qué lindo poder celebrar a la luz del texto del Evangelio de las bodas de Caná, a la Virgen como intercesora. Qué lindo poder tener presente y elevar todas las intenciones que han traído al Padre Eterno por intercesión de la Santísima Virgen María bajo la advocación de la Virgen de Lourdes. Pensamos, como decía el nuncio, en los enfermos de nuestras familias, de nuestras comunidades, del barrio, del trabajo y estudio, enfermos del alma y espíritu, del cuerpo. Hoy roguemos, por intercesión de la Virgen de Lourdes, que el Señor nos regale el don de la salud, también a los que no están presentes acá pero sí en nuestros corazones", dijo monseñor Mestre.
Finalmente el obispo pidió "involucrarse". "Qué linda la actitud de María, nuestra Madre, que ante una necesidad concreta que era la falta del vino en la boda, María se involucra afectiva y efectivamente y hasta provoca a su hijo Jesús, que adelanta su hora para transformar el agua en vino. Así como María se involucra en nuestra vida y en nuestra historia, cada advocación es un gesto de esta madre que quiere estar presente en la vida de su pueblo. Nosotros también como ella nos tenemos que involucrar para buscar el bien que nos viene de Dios".
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"Al celebrar a Nuestra Señora de Lourdes juntos en este lugar emblemático, en este santuario de Mar del Plata, renovemos nuestra profunda acción de gracias a Dios por el don de la fe, la vida y la Iglesia y que seamos capaces de recurrir siempre a la intercesión de María, nuestra Madre, y a ejemplo de ella podamos involucrarnos en lo concreto y cotidiano para atraer el bien que viene de Dios", concluyó.
Luego de la misa, se realizó la procesión por las calles del puerto marplatense. Monseño León Kalenga Badikebele, con mucho cariño saludó y bendijo a todos los fieles que le manifestaron su afecto y también en su persona al papa Francisco.
Al llegar a la esquina de 12 de octubre y Bosch se realizó como es tradicional la oración por los pescadores fallecidos en el mar, en esta oportunidad a cargo del nuncio apostólico.
"En este momento con la oración del Santo Padre nos unimos. En la manos de María dejamos las lágrimas de cada madre que ha perdido a sus hijos. Ella es madre del dolor, lloró mucho bajo la cruz mientras su Hijo estaba muriendo, pero nosotros creemos en un Dios de vida, por eso en ella, ponemos la esperanza del pueblo", recordó el representante del papa Francisco en la Argentina.
Minutos después, la procesión se dirigió a la puerta del hogar de enfermos de la gruta donde el nuncio y el obispo saludaron a los que estaban allí esperándolos con mucha alegría. La multitud de fieles llegó a la Gruta de Lourdes, donde el obispo realizó la bendición eucarística y el nuncio, profundamente emocionado por lo vivido, bendijo a todos los presentes. Con los pañuelos en alto, pétalos de flores y una profunda devoción, los presentes despidieron a la Virgen de Lourdes hasta el año entrante donde volverá a lucir y recorrer las calles del puerto local.+