"Es cierto que cuando hablamos o rezamos por las vocaciones en general hacemos referencia a los llamados al sacerdocio o la vida consagrada, pero es importante recordar que todos los bautizados tenemos una vocación", recordó en su carta semanal el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez.
El obispo de Posadas,
monseñor Juan Rubén Martínez, explicó que "vocación significa llamado, llamado de Dios", por lo que consideró importante recordar que "todos los bautizados tenemos una vocación y una misión".
"Nuestro tiempo, caracterizado sobre todo por el secularismo, nos deja sumergidos en lo inmediato, o bien en una existencia sin sentido, donde desconocemos que todos tenemos una vocación y un proyecto de Dios para nuestra vida y, por lo tanto, una misión".
"Es cierto que cuando hablamos o rezamos por las vocaciones en general hacemos referencia a los llamados al sacerdocio o la vida consagrada, pero es importante recordar que todos los bautizados tenemos una vocación", subrayó en su carta semanal.
El prelado puntualizó que "los laicos, que son la mayoría del pueblo de Dios, tienen una vocación y misión fundamental que es la transformación de las realidades temporales, para impregnar el mundo de los valores que brotan del Evangelio".
"En esta reflexión quiero subrayar la necesidad que tenemos todos de profundizar en cuál es nuestra vocación. Nuestros ambientes lamentablemente no fomentan la plenificación de nuestras vidas, sobre todo la de nuestros jóvenes, desde la propia vocación y misión", cuestionó.
El criterio casi habitual es trabajar o estudiar en lo que se pueda, sin tener en cuenta las capacidades personales. Es triste encontrarse con profesionales o dirigentes sociales, políticos, docentes? que ejercen tareas, sin tener ninguna motivación profunda y menos una vocación que los mueva", expresó.
Monseñor Martínez advirtió que "cuando pasa esto, ellos mismos no terminan siendo felices con lo que hacen y, muchas veces, hacen mal su trabajo o buscan solo réditos económicos o de poder y no sirven a los demás, preocupándose solo por su propio beneficio".
"La vocación de toda persona, como imagen y semejanza de Dios, nos permite ser colaboradores de Dios y constructores del mundo con nuestro trabajo y servicio. Con más razón, la vocación específica que cada uno tiene nos permite plenificarnos. Los cristianos entendemos que la vocación es un llamado de Dios y una misión", sostuvo.
"En definitiva es aquello que nos permite servir al bien común en el ?ser? y el ?hacer?. Hoy, más que nunca, necesitamos gente con vocación y la comprensión de que cada vida tiene una razón de ser", concluyó.+