El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, presidió la misa en memoria del cardenal Eduardo Francisco Pironio en la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde a 21 años de su fallecimiento se rezó por la pronta beatificación del purpurado considerado "un profeta de la civilización del amor en tiempos difíciles".
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, presidió la misa en memoria del cardenal Eduardo Francisco Pironio en la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde a 21 años de su fallecimiento se rezó por la pronta beatificación del purpurado considerado "un profeta de la civilización del amor en tiempos difíciles".
Además del obispo de Nueve de Julio, ciudad natal de Pironio, la Eucaristía fue concelebrada por monseñor Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús y secretario de la Conferencia Episcopal Argentina y otros sacerdotes.
Monseñor Torrado Mosconi puso tres focos, como lo hacía el cardenal, para resaltar aspectos que Pironio testimonió en su vida: la profecía, la civilización del amor y los tiempos difíciles.
El prelado invitó a releer la "Meditación para tiempos difíciles - Tiempo de cruz y de esperanza" que escribió Pironio, y destacó la importancia de celebrar la misa en el santuario mariano, donde descansan los restos del purpurado.
"Pironio fue un profeta de la civilización del amor en tiempos difíciles predicando y testimoniando la esperanza. Cabe, y es necesario, que nosotros también continuemos esta estela, esta huella, que nos marcó. ¡Y que no es otro que el camino de Jesucristo a través de la Iglesia!", subrayó.
"Nuestro querido cardenal fue hombre de diálogo, unidad y paz, positivo, optimista y alegre, simple, sencillo y pobre. Conductas, actitudes y valores tanto más necesarios como faltantes están en nuestra época. ¡Como dice la misma Sagrada Escritura refiriéndose a los buenos pastores: ?reflexionando sobre su vida, imiten su fe?", concluyó.
Estuvieron presentes en la misa numerosos amigos, allegados, familiares del cardenal, junto con el presidente nacional de la Acción Católica Argentina-Rafael Corso, la vicepresidenta primera nacional Claudia Carbajal, el tesorero nacional Néstor Caruso, la secretaria del Consejo Nacional Soledad Taglianetti y miembros del Consejo Nacional.
La celebración contó con la participación de la profesora Beatriz Buzzetti Thomson, vicepostuladora en la fase diocesana de la causa de beatificación de Pironio; Emilio Inzaurraga, presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz; Daniel Martini, director del Departamento de Laicos (Deplai); el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, y numerosos dirigentes de la Acción Católica de diversas diócesis, especialmente los jóvenes de Mercedes-Luján que animaron los cantos y guiaron la misa.
No estuvo ausente en el recuerdo el cariño del cardenal Pironio por la juventud y el recuerdo de su "inspiración" para llevar adelante la Jornadas Mundial de la Juventud para testimoniar la fe joven en la Iglesia, que junto a San Juan Pablo II pusieron en marcha y siguen constituyendo a más de 35 años un punto de encuentro para los jóvenes católicos del mundo, como lo fue recientemente en Panamá.
La celebración cerró con una oración en la tumba que guarda los restos del cardenal Pironio, a los pies del altar del Sagrado Corazón en la basílica, donde Mons Malfa pidió rezar con fe y constancia para pedir la gracia de la pronta beatificación del purpurado argentino.
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