"Otro mundo es posible, lo sabemos y los jóvenes nos invitan a involucrarnos en su construcción para que los sueños no queden en algo efímero o etéreo, para que impulsen un pacto social en el que todos puedan tener la oportunidad de soñar un mañana: el derecho al futuro es también un derecho humano", dijo el papa Francisco en su primer discurso en tierra panameña, en el palacio Bolívar, sede del ministerio de Relaciones Exteriores, ante unas 700 personas entre autoridades, cuerpo diplomático y representantes de la sociedad civil y cultural de Panamá.
El papa Francisco, que llegó a Panamá para participar de la Jornada Mundial de la Juventud, comenzó su agenda oficial con la visita de cortesía al presidente de la República, Juan Carlos Varela, en el llamado "Palacio de Las Garzas"
Francisco fue recibido por el mandatario en la entrada del edificio y después subieron juntos al primer piso para saludar desde el balcón a los panameños.
El encuentro privado, que se celebró en la oficina del jefe de Estado anfitrión, el Santo Padre saludó a los fieles que se acercaron a los alrededores de la casa de gobierno.
Seguidamente se trasladó al palacio Bolívar, sede del ministerio de Relaciones Exteriores, donde pronunció su primer discurso en tierra panameña, ante unas 700 personas entre autoridades, cuerpo diplomático y representantes de la sociedad civil y cultural de Panamá.
El pontífice agradeció al presidente y a todo el pueblo panameño por el "esfuerzo invalorable para recibir a tantos jóvenes de todas partes del mundo". "Gracias por abrirnos las puertas de la casa", dijo Francisco.
El Papa recordó el sueño de Simón Bolivar de "forjar el sueño de la unificación de la Patria Grande" y señaló que esa convocatoria "nos ayuda a comprender que nuestros pueblos son capaces de crear, forjar y, sobre todo, soñar una patria grande que sepa y pueda albergar, respetar y abrazar la riqueza multicultural de cada pueblo y cultura".
Francisco invitó entonces en su discurso a contemplar a Panamá como "tierra de convocatoria y sueños".
La privilegiada ubicación de Panamá, señaló el pontífice, "se vuelve un enclave estratégico no solo para la región sino para el mundo entero. Puente entre océanos y tierra natural de encuentros, Panamá, el país más angosto de todo el continente americano, es símbolo de la sustentabilidad que nace de la capacidad de crear vínculos y alianzas. Esta capacidad configura el corazón del pueblo panameño".
Seguidamente el Papa les recordó el lugar especial que cada uno ocupa en la construcción de la nación. "Es imposible pensar el futuro de una sociedad sin la participación activa ―y no solo nominal― de cada uno de sus miembros, de tal modo que la dignidad se vea reconocida y garantizada en el acceso a la educación de calidad y en la promoción de trabajos dignos", indicó.
La riqueza de los pueblos originarios
El pontífice destacó a continuación la riqueza que los pueblos originarios aportan a la Nación, a los que mencionó: "bribri, buglé, emberá, kuna, nasoteribe, ngäbe y waunana" y les transmitió su saludo y reconocimiento.
Francisco advirtió a las autoridades que las nuevas generaciones "reclaman de los adultos, pero especialmente de todos aquellos que tienen una función de liderazgo en la vida pública, llevar una vida conforme a la dignidad y autoridad que revisten y que les ha sido confiada. Es una invitación a vivir con austeridad y transparencia, en la responsabilidad concreta por los demás y por el mundo; llevar una vida que demuestre que el servicio público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción", subrayó.
Tierra de sueños
El Papa señaló que Panamá será en los próximos días "punto de encuentro donde jóvenes provenientes de los cinco continentes, cargados de sueños y esperanzas, celebrarán, se encontrarán, rezarán y reavivarán el deseo y su compromiso por crear un mundo más humano".
"Otro mundo es posible, lo sabemos y los jóvenes nos invitan a involucrarnos en su construcción para que los sueños no queden en algo efímero o etéreo, para que impulsen un pacto social en el que todos puedan tener la oportunidad de soñar un mañana: el derecho al futuro es también un derecho humano", dijo Francisco.
Finalmente Francisco renovó su agradecimiento por el esfuerzo realizado para que este encuentro sea posible y deseó "al presidente, a todos los aquí presentes, y a quienes siguen por los medios de comunicación, mis mejores deseos de un renovada esperanza y alegría en el servicio al bien común. Que Santa María la Antigua bendiga y proteja a Panamá". +
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