"La vocación fue un regalo", dice la hermana Corina Ciappina, y reconoce estar "cada vez más contenta" al cumplir sus 100 años de vida. La religiosa pertenece a las Hermanas de Nuestra Señora de la Merced del Divino Maestro, fundada en Buenos Aires en 1889. Rodeada de amigos y familiares, celebró su cumpleaños número 100 con una misa en la casa madre de la congregación.
"La vocación fue un regalo", dice la hermana Corina Ciappina, y reconoce estar "cada vez más contenta" al cumplir sus 100 años de vida.
Ella nació en Sicilia en 1918, era la segunda de cuatro hermanos, su nombre de bautismo era Santina y ya había hecho segundo grado de la escuela primaria cuando su familia vino a la Argentina. Su papá trabajó en la cervecería Córdoba y en los ferrocarriles.
Ya jovencita, quería ser hermana del Huerto y entró en esa congregación, pero estuvo apenas unos días. Se descompuso y la superiora estimó que por su salud esa vida no era para ella, no era para "estar encerrada", y su mamá la fue a buscar.
En esa época se abrió el colegio Nuestra Señora de la Merced y el divino Maestro, inaugurado en 1933 en Zelaya 140, en el barrio San Martín de la ciudad de Córdoba. "Con mi familia íbamos a misa allí y me impresionó la piedad tan grande de las hermanas. Rezaban con mucho fervor".
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"Al ver a las hermanas con un fervor tan grande dije: Acá tengo que venir yo", comenta la hermana Corina en la amable celebración de su cumpleaños, rodeada de amigos y familiares, el miércoles 5 de diciembre de 2018, en el Instituto Rosa Anchorena de Ibáñez, colegio primario y jardín de infantes ubicado en avenida San Juan 1774, casi esquina Ente Ríos.
Desde 1932 allí está la casa madre de la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Merced del Divino Maestro, fundada en 1889 por monseñor Antonio Rasore y la madre Sofía Bunge, con otras compañeras, que habían comenzado una escuela gratuita para niñas pobres junto a la antigua parroquia de Nuestra Señora de la Merced, en la entonces calle Cangallo al 300.
Corina entró a los 16 años en esta congregación. "No son ustedes los que me eligieron, sino que Yo los elegí a ustedes", dice, citando las palabras de Jesucristo. Y bromea diciendo "qué buena pieza" hubiera sido ella si no la hubiera llamado Dios.
"Confío en la gran misericordia de Dios" dice al tiempo que le pide que le perdone sus pecados. Un rato antes, en la misa celebrada en la capilla del instituto, ha dado "gracias a Jesusito querido, que me ha concedido una vida larga" y le ha pedido perdón por los pecados que haya cometido "en mi vida religiosa y civil".
Ella está en silla de ruedas. Hasta hace poco salía a la calle con habitualidad, pero se cayó y la tuvieron que operar de la cadera, a los 99 años. Se recuperó y habla con energía, mueve los brazos con expresividad, se ríe, contesta con chispa los comentarios que le hacen.
En la misa celebrada por un sacerdote claretiano, el padre Jorge Mella, párroco de la parroquia Inmaculado Corazón de María, del barrio porteño de Constitución, le manifestaron su afecto muchas personas que la trataron en su vida, que pidieron distintas intenciones en la oración de los fieles. Había sobrinos suyos y otros familiares, que evidenciaron el cariño que le tienen. También estaban tres hermanas de la madre superiora de la congregación, madre María Elena Roldán, allí presente, así como un hermano suyo, que tocó himnos religiosos en el órgano de la capilla.
La hermana Corina ha ejercido con afán la docencia y ha sido directora del antiguo colegio de la Inmaculada, ubicado en Mitre 658, Quilmes (4523-0228), que fue fundado en 1895. Su congregación es de derecho pontificio y tiene como fin la educación y la formación cristiana de la juventud y de la niñez.
Entre otras obras, mantiene colegios y hogares en la Capital, en Quilmes, Berazategui, Olivos, Ituzaingó, San Andrés, Córdoba, Tucumán. Y extendió su misión fuera del país: en Uruguay desde 1923 y en España desde 1961. En la ciudad de Buenos Aires las hermanas también llevan desde 1909 el instituto educativo Sagrada Familia, en Artigas 1276, en el barrio porteño de Flores, teléfono (011) 4581-2774. La congregación mantiene una casa de retiros espirituales en Laprida 121, Villa Allende, provincia de Córdoba, tel. (03543) 435072.
El ejemplo de alegre fidelidad a la vocación, de perseverancia, de la hermana Corina podría servir de acicate y motivación a jóvenes que quieran dedicar su vida a Dios y al servicio de los demás en esta congregación argentina, que tiene su sede en avenida San Juan 1774. Teléfono 011-4304-7924 o correo electrónico:
mercedmaestro@ciudad.com.ar.+
(Jorge Rouillon)