Como cada año, los abuelos del Hogar San José celebraron la navidad junto al obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, quien presidió la misa y compartió con ellos la mesa navideña. El obispo visitó también la localidad de Perugorría.
En vísperas de la Navidad, el obispo de Goya,
monseñor Adolfo Ramón Canecín, visitó a los ancianos del Hogar San José, de la ciudad de Goya, con quienes compartió la Eucaristía y la cena navideña. Con un mensaje de esperanza a pesar de las dificultades, el prelado animó a recibir la llegada del Niño Jesús con alegría.
"Con la luz que es Jesús, tenemos respuesta a todos los interrogantes que el corazón humano puede plantear" fue el mensaje del obispo, en la homilía que pronunció ante los integrantes de la Comisión de Amigos del Hogar de Ancianos, directivos, personal de enfermería y de maestranza y con los 14 abuelos que residen en ese lugar.
Monseñor Canecín aseguró que "esta luz nos regala la capacidad de descubrir que Dios es Padre y que todos somos sus hijos y, esta es la gran Buena Noticia". Además, animó a no tener miedo, porque "esta luz viene a ayudarnos a descubrir nuestra filiación de hijos e hijas de Dios", que nos hace hermanos.
"El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande" destacó el obispo haciendo referencia al comienzo de la primera de las lecturas de esa noche. "La luz verdadera viene para iluminar a todas las personas de este mundo y es Cristo, el Señor". "¡Qué gran misterio! por eso es importante tener en cuenta que este Niño nos enseña lo verdaderamente importante para nuestra vida", concluyó.
"Si falta Jesús no hay Navidad"
Durante la tarde del lunes 24 y la mañana del 25 de diciembre, el obispo acompañó a la comunidad parroquial San Pedro, en la localidad correntina de Perugorría. Allí celebró la misa de Nochebuena, y luego se trasladó a Solari, donde presidió la misa de Navidad.
Junto a un nutrido grupo de jóvenes misioneros de Curuzú Cuatiá, durante esos dos días expresaron su cercanía y acompañaron a familias de condición muy humilde llevando un presente con mercaderías.
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Monseñor Canecín visitó los hogares donde había personas enfermas, a quienes impartió el sacramento de la unción de los enfermos, dialogó con los ancianos y recorrió el pueblo expresando su cercanía en esta celebración navideña.
EL 25 de diciembre se trasladó a la localidad de Solari, donde celebró la Misa de Navidad, (dado que el párroco del lugar, padre Rodolfo Barboza, se repone de una intervención quirúrgica) y presenció luego la representación del Nacimiento del Niño Jesús en un animado pesebre navideño.
"San Francisco de Asís fue quien empezó a representar vivamente el nacimiento de Jesús y comenzó a representar el pesebre" recordó el obispo. Además, explicó que las "familias cristianas preparamos el pesebre que es una manera de hacer un espacio o un lugar al Señor".
En esa línea, destacó que "la expresión cultural más significativa es la mesa familiar donde compartimos los presentes, los afectos y los alimentos. Así como Dios superó una gran distancia para estar con nosotros, mucha gente supera una gran distancia para venir a pasar la Nochebuena. Esa es una expresión de Dios", dijo.
En medio de tantas noches "hay una noche buena" destacó, "donde a todos nos entran las ganas de ser buenos y de compartir".
"Navidad es Jesús", recordó el prelado, porque "sin Jesús no hay Navidad" y aclaró que lo cultural es bueno y hermoso, pero recomendó tener cuidado de que no falte Jesús. "Si falta Jesús no hay Navidad", afirmó.