"La Navidad nos invita a salir de nuestra lógica tantas veces pegada a nuestros egoísmos y a nuestros gustos, y a pasar a la lógica de buscar la felicidad en lo que Dios espera de cada uno", expresa el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, Mons. Hugo Nicolás Barbaro.
"La Navidad nos invita a salir de nuestra lógica tantas veces pegada a nuestros egoísmos y a nuestros gustos, y a pasar a la lógica de buscar la felicidad en lo que Dios espera de cada uno", expresa el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña,
Mons. Hugo Nicolás Barbaro, en su mensaje navideño enviado a la comunidad diocesana.
"Dentro de muy poco -comienza diciendo el pastor chaqueño- estaremos celebrando la Navidad. Los adornos en nuestras casas o por la calle nos hacen sentir que se acerca esta fiesta, la del Nacimiento del Hijo de Dios. Desafiando la falta de dinero muchos buscan regalos, tantas veces bien sencillos, buscando dar una alegría a los seres queridos, manifestarles amor".
Luego cita al papa Francisco que en la audiencia general del último miércoles preguntaba a los presentes: "¿Es esta la fiesta que agrada a Dios?, ¿qué Navidad quiere Dios, qué regalo, qué sorpresas?"
"Para responder a estar preguntas, el Santo Padre invitó a echar una mirada a la primera Navidad de la historia y descubrir así el gusto de Dios. Esa Navidad tuvo lugar en un sitio pobre, humilde y apartado. El centro era ese Niño, Dios y Hombre verdadero, y su compañía la Virgen y San José adorando al recién nacido. ¿Parece poco?
"La Virgen María y San José hacían oración. El proyecto de felicidad de ellos dos era escuchar a Dios y hacer siempre su voluntad. Y así María pasa de su proyecto de mantenerse siempre virgen al de ser madre; San José al de ser padre de un hijo que no generó. El Hijo de Dios recibió la bienvenida de unos sencillos pastores, y el Rey (Herodes) decretó la muerte del Niño que los obligó a huir a Egipto".
"La Navidad -expresa monseñor Barbaro- nos invita a salir de nuestra lógica tantas veces pegada a nuestros egoísmos y a nuestros gustos, y a pasar a la lógica de buscar la felicidad en lo que Dios espera de cada uno. Esto exige oración, unos minutos cada día, meditando en silencio el Evangelio o algún libro piadoso, y escuchar a Dios que habla".
"Dejar que Dios transforme nuestro corazón, para que sea más humano, más cristiano y verdaderamente feliz. El test para saber que la Gracia de la Navidad está impactando en cada uno es nuestra actitud generosa hacia las personas que nos rodean: quererlos de corazón, buscar que sean felices, saber perdonar, amar. En cada familia, cada uno necesita del otro, de su comprensión, de su interés de su amor"
Tras otras reflexiones, monseñor Barbaro concluye su mensaje deseando "que no falte la oración en esta Navidad, esa oración que nos une a Dios, que nos hace mejores y nos abre a las necesidades de nuestros hermanos, empezando por la propia familia. Recemos muchos por los que más sufren, por las necesidades de todos y por nuestra Patria. Que Dios nos conceda la gracia de poder trabajar unidos en la búsqueda de las soluciones de los problemas que nos aquejan".+