El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, destacó que la Navidad trae un mensaje de fraternidad y de paz, y aseguró: "En Navidad Dios nace en fragilidad y se pone del lado de los postergados, de los que no cuentan".
"Estamos a pocas horas de una celebración hermosa. Nuestro ánimo se dispone de modo particular a lo espiritual", destacó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano.
En su columna semanal, el prelado alertó: "También son muchos los riesgos de distraernos en cosas que hacen más ruido que el nacimiento de un Niño".
"Ya está cerca el que viene a nuestro encuentro. No quiere ser visita ocasional, sino hospedarse de modo permanente, habitar entre nosotros, mudarse a nuestro barrio", graficó.
El arzobispo sanjuanino sostuvo que al Niño Dios "no lo vamos a encontrar en los ruidos que aturden, en paraísos artificiales que enajenan, en el consumismo que harta. No lo veremos entre los poderosos e influyentes. Se pasea entre los pobres, los enfermos, los últimos".
Monseñor Lozano aseguró que "también la Navidad nos trae un mensaje de fraternidad, de paz", pero advirtió: "Mientras haya inequidad se impone la anomia denominada como ?la ley del más fuerte? y se pisotea a los débiles".
"En Navidad Dios nace en fragilidad y se pone del lado de los postergados, de los que no cuentan", subrayó, y concluyó: "¡Bienvenido, Niño Dios!".+
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