El obispo de San Nicolás, monseñor Hugo Santiago, compartió con los fieles sus reflexiones sobre el Evangelio, en el cuarto y último domingo de Adviento, en preparación a la llegada del Señor.
Con el título "¿Quién soy yo?", el obispo de San Nicolás,
monseñor Hugo Santiago, compartió sus reflexiones sobre el Evangelio, en el cuarto domingo de Adviento.
Basado en el Evangelio de Lucas, que narra la visita de María a su prima Isabel, el prelado señaló: "Dios está haciendo cosas grandes en personas muy pobres y humildes y eso hace brotar la alegría en ellas. Isabel era una anciana que no podía tener hijos y ya se encuentra en su sexto mes. María es una humilde muchacha de Nazaret que ha concebido en su seno por obra y gracia del Espíritu Santo. Por eso se encuentran dos mujeres que conocen lo que les pasa, son amigas y están llenas de alegría".
"Este es un hecho que se repite a lo largo de las generaciones en todas las personas que se han encontrado con Dios en Cristo. El encuentro provoca una alegría desbordante y es una buena noticia que no se puede guardar, que se desea comunicar, comenzando por las personas que uno más quiere. Es un encuentro que llena el corazón de esperanza, hace mirar la vida bajo el prisma del amor e invita a cantar", afirmó.
En cuanto al contenido del canto de María que brota en el encuentro con Isabel, el obispo consideró que "canta la obra grande que Dios ha realizado en ella. Canta por cosas grandes que están ocurriendo en Ella pero no se las atribuye a sí misma sino a Dios, sabe que es virgen y que ha concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y canta: ?El Señor ha hecho obras grandes por mí?. A su vez, Isabel conoce el hecho y ha creído en él, por eso dice: ?¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a visitarme??", explicó.
"A lo largo de mi vida he experimentado esta alegría de María en varias oportunidades, pero sobre todo en la llamada a ser sacerdote. También he acompañado en retiros espirituales a muchas personas que, como María, se han encontrado con Jesús vivo y el efecto ha sido siempre el mismo: una alegría desbordante, el deseo de comunicarla, la vida se llena de esperanza y se la ve con una mirada nueva, bajo el prisma del amor porque la persona se siente elegida y amada", relató monseñor Santiago.
Finalmente, dirigiéndose a cada uno de los fieles, expresó: "Deseo que, si aún no lo tuviste, tengas la oportunidad de encontrarte con el Señor, y tu corazón, como el de María, se llene de esperanza y de alegría porque constatas que Dios te ama y, no obstante todo, ama a este mundo que transitamos".+