El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, llamó a reavivar la esperanza tras un año con situaciones "muy difíciles" en el país, como el intento por legalizar el aborto y las dificultades económicas, y animó a buscar juntos "el hondo sentido de la reconciliación en la verdad, reconociendo las culpas y los errores de todos".
El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, estimó que en Navidad los argentinos "necesitamos reavivar nuestra esperanza porque vamos terminando un año en que hemos vividos situaciones muy difíciles" en el país.
El prelado citó entre estas dificultades "el peligro y el mal del aborto que nos acecha en las sombras o el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que padecen las consecuencias económicas de la pobreza, de la inseguridad, de la falta de justicia, de los sueños incumplidos?"
Por esto, monseñor Olivera invitó a unirse en oración mediante una plegaria en familia ante el pesebre, la adoración del Señor Sacramentado en los templos o la celebración de la Eucaristía en las comunidades castrenses.
El obispo castrense sugirió llevar ante la presencia del Señor Jesús las necesidades de los argentinos y pedir por:
"Nuestras familias y sus dificultades, por los matrimonios que están en crisis. Por los hijos, hijos de este tiempo, necesitados de contención y luz.
"Nuestro país que a 35 años de haberse recuperado la democracia tenga presente sus raíces cristianas y culturales, cuidando la defensa de la vida, la promoción del trabajo, el cultivo de la paz, el esfuerzo por la justicia y por la educación de nuestros niños y jóvenes al margen de toda ideología.
"Nuestros gobernantes para que trabajen con honradez y rectitud de proceder en pos del bien común de todos los argentinos, ayudando a superar las brechas y los enfrentamientos estériles.
"Los presos de nuestra familia diocesana, muchos de ellos sufriendo injustamente, y por sus familias, esposas, hijos y nietos que mucho sufren esta situación.
Monseñor Olivera animó a buscar "juntos el hondo sentido de la reconciliación en la verdad, reconociendo las culpas y los errores de todos; aventurémonos por el camino del perdón mutuo y animémonos a amar con sinceridad de corazón, sanando heridas y tendiendo puentes de diálogo y entendimiento recíproco".
En igual sentido, repitió un párrafo de su homilía pronunciada el 10 de diciembre, fiestas de Nuestra Señora de Loreto: "El drama en nuestras relaciones y que tanto nos cuesta a los argentinos, es que mayormente la culpa la tiene el otro, el primer paso lo tiene que dar el otro, y así proyectamos en el otro muchos de nuestros males. Si nos diéramos cuenta de ello, quizá sería más fácil y posible, sentarnos en una misma mesa y ver nuestra reciente historia, con verdad y por tanto con objetividad, sabiendo ver y reconocer el mal de cada uno, y poder así avanzar hacia el encuentro de todos los que compartimos este suelo y esta querida tierra".
Monseñor Olivera invitó a todos a volver a leer para "rumiar y hacer oración" el documento "Iglesia y Comunidad Nacional", al considerar: "37 años después impresiona su profética actualidad".
"Abramos el corazón para que, este tiempo de Navidad que se aproxima, nos encuentre más cerca el uno del otro; y la única forma es acercándonos al Niño Jesús que, en el misterio del pesebre, nos muestra la inocencia que nos engrandece, la humildad que abre las puertas a la reconciliación y el amor que sana todas las heridas", concluyó.+
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