El arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, instituyó el ministerio del acolitado a los seminaristas Sergio Boudou, Manuel Adán Caraballo, y Mauro Emmanuel Grosso. Además, realizó el envío de los jóvenes misioneros.
En una misa presidida por el arzobispo de Bahía Blanca,
monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, el domingo 16 de diciembre fueron instituidos acólitos los seminaristas Sergio Boudou, Manuel Adán Caraballo y Mauro Emmanuel Grosso, y fueron enviados los jóvenes que emprenden una nueva experiencia misionera.
En su homilía, el prelado destacó la expresión "Alégrense", que aparece en el Evangelio como una exhortación aún en los contextos más difíciles. "Tocar a fondo la miseria de la comunidad implica tocar a fondo la misericordia de Dios", que "toca esas heridas y transforma todo en alegría". Esa alegría, afirmó, es "la alegría de constatar esas dos corrientes: miseria mía, misericordia tuya".
"A ustedes, casi acólitos, y a ustedes, grupos misioneros, la gente les va a preguntar, cuando escuchen de su palabra el Evangelio, cuando los vean actuar evangélicamente, no les van a preguntar seguramente (y no digo que eso esté mal), cuál es el secreto de la unión hipostática, cuántas naturalezas hay en Dios, cuántas procesiones, cuántas personas, cuántas relaciones, cuántas nociones. No les van a preguntar eso, pero no por ignorantes, sino porque sacudidos por este contexto, le dirán: me pasa esto, tengo un hijo adicto, mi marido me pega, mi mujer tal cosa, ¿Qué debo hacer? Es la pregunta que le hacen a Juan el Bautista".
"Hace un rato les explicaba en el encuentro con los jóvenes ¿Qué significa ser acólito?, ayudar al diácono, servir al sacerdote, atender el servicio del altar, asistir a uno y a otro, al diácono y al sacerdote en las funciones litúrgicas, principalmente en la misa. Como ministros extraordinarios de la Eucaristía tendrán que llevar el pan eucarístico a los enfermos, a los que no puedan acercarse a la misa. Extender el poder del altar del Señor ahí donde se sufre la miseria, distribuir la sagrada Comunión", explicó.
"Son ministros extraordinarios de la Eucaristía y en circunstancias extraordinarias también públicamente exponer el Santísimo para la adoración de los fieles y hacer la reserva, no la bendición, tengan paciencia", detalló.
"En este envío también se suman numerosos jóvenes de grupos misioneros, y los que van también en una misión, todos damos y recibimos en este gran encuentro mundial, esta vez en América de nuevo, en América Central por primera vez, que será coronado también por la visita del papa Francisco", agregó.
Retomando la figura de Juan el Bautista, el prelado señaló: "El profeta tiene esa gran limitación; descubrirse que no es el Salvador del mundo, sino señalarlo. Descubrirse que no es el Mesías, sino señalarlo. ¿Dónde? En el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". El profeta amonesta, consuela y anima. No mete bajo la alfombra nada de las exigencias del Evangelio, pero sabiendo que la misericordia de Dios es causa de nuestra alegría".
Dirigiéndose especialmente a los misioneros, recordó: "No hay misión evangelizadora que no lleve a la Eucaristía y no hay Eucaristía recibida y adorada y atesorada que no lleve a la misión".
"Predicamos a Cristo vivo, en el seno de María, en la presencia de la Iglesia. No vayan ? dice Pablo en tantas de sus cartas- a predicar otro Cristo que no sea el Cristo resucitado", advirtió.
"A muchos les conviene que prediquemos un Cristo muerto y no resucitado. Vive en la ?ecclesia? que significa la convocación. Vive y está presente en la comunidad viva, unida en la oración, unida en la escucha de la Palabra, unida en la Eucaristía y unida en la misión, que son los cuatro momentos en los que decimos ?El Señor esté con ustedes?, y contestan ?Y con tu Espíritu?".
Finalmente, dirigiéndose a los acólitos, dijo: "Felicidades a ustedes tres. Que puedan ser testigos de este Cristo vivo, ahora que lo tendrán tan cerca en sus manos para la comunión, para llevarlo a los enfermos en su presencia eucarística". Y a los misioneros y los jóvenes que viajan a la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá, expresó: "Aprendan de todos aquellos con los que se encuentren, a descubrir en ellos el Cristo vivo".+