El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, ordenó un diácono permanente para la diócesis. Se trata de Javier Carassai, padre de familia y ex figura del fútbol local. "Jesús te llama a jugar su partido y que, con mucho entusiasmo, sigas haciendo goles para su Reino de amor, de justicia y de paz", deseó el obispo.
En una ceremonia presidida por el obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto,
monseñor Adolfo Uriona FDP, el 1º de diciembre fue ordenado diácono permanente Javier Carassai.
"Nos reunimos para participar de la ordenación diaconal de Javier y nos alegramos con él y su familia que siempre lo acompañó en esta vocación especial. Lo vivimos también como un acontecimiento novedoso dado que es la primera vez que sucede en esta comunidad", señaló el obispo al comenzar su homilía.
"No estamos quizás habituados a ver a hombres casados que accedan al diaconado", reconoció el prelado. "Esta institución, de los primeros tiempos de la Iglesia como nos lo atestigua la Palabra de Dios, se fue diluyendo con el correr del tiempo y ha sido retomada con fuerza desde el siglo pasado, particularmente con el Concilio Vaticano II", recordó.
"Las lecturas que ilustran esta celebración ante todo nos hacen ver nuestra insignificancia ante la magnitud de la misión: ¡Ah Señor, mira que no sé hablar porque soy demasiado joven! exclama el profeta Jeremías ante el llamado del Señor. Esa limitación que experimentaba el profeta, la vivimos nosotros también, aun los que no somos jóvenes y llevamos muchos años de ministerio", afirmó.
"El proclamar la Palabra es una tarea que siempre nos excede y sólo la fe cierta de que fuimos elegidos gratuitamente por Dios desde el seno materno nos da fuerza y coraje para sentirnos capaces de lanzarnos a esta misión.
"Por ello te animo a seguir profundizando en el conocimiento y la lectura orante de la Palabra de Dios que deberás anunciar de muchas maneras particularmente a través de la homilía", dijo, dirigiéndose al nuevo diácono.
"En la segunda lectura escuchábamos que San Pablo le escribía a su discípulo Timoteo que los diáconos deben ser hombres respetables y que cumplan una serie de condiciones; una de ellas se refiere a su relación con la familia", indicó.
"Desde ahora tu espiritualidad estará signada por los dos sacramentos: el Matrimonio y el Orden Sagrado. Te auguro que, desde la oración y el acompañamiento espiritual, los puedas armonizar a fin de lograr un sano equilibrio, dado que la ordenación diaconal te impele a un compromiso mayor con tu familia y con la comunidad. La gracia del sacramento te habilitará para esto, cuenta con ella", animó.
"Finalmente, te has ido preparando para ser un "fiel servidor", ese es el corazón del ministerio diaconal. Cristo es tu ejemplo y el Evangelio nos lo señala. Déjate modelar por Él a través del ejercicio del diaconado a fin de que siempre puedas lavar los pies de tus hermanos, en particular de los más pobres. Tu trabajo con personas que tienen ?capacidades especiales? te brinda una ocasión más que favorable para este servicio de amor", señaló.
Finalmente, haciendo alusión a su pasado de futbolista profesional, e incluso de goleador (durante su carrera marcó 266 goles), el obispo afirmó: "Jesús te llama a jugar su partido y que, con mucho entusiasmo, sigas haciendo goles para su Reino de amor, de justicia y de paz".
Esposo y padre de dos niñas, fielmente acompañado por su esposa Marcela, Javier se preparó en formación diaconal durante 11 largos años.
"Hacen falta muchas vocaciones sacerdotales. Los tiempos no son fáciles y la juventud debe volver a encontrar el camino de Dios", reflexionó el nuevo diácono en una entrevista al portal Puntal.
Sobre sus inicios en la Iglesia, el exfutbolista comentó: "De chico me sentí atraído por las cosas de Dios, pero yo quería jugar al fútbol. Sabía que tenía algunas condiciones. Y una vez un sacerdote me dijo ?tenés que transpirar la camiseta?".
Ya en el tiempo de abandonar la práctica del deporte y en confesión, el mismo sacerdote le dijo "tienes que seguir transpirando la camiseta, pero la de Jesús". Al respecto, el diácono expresó: "Ahí entendí que el desafío era mucho más importante que calzarme los cortos y salir a jugar".
En sus agradecimientos, Javier mencionó al párroco Fernando Tamiozzo, a los obispos Eduardo Martín (hoy arzobispo de Rosario), al actual conductor de la diócesis, monseñor Adolfo Uriona, y a la comunidad de General Deheza que lo acompaña en este, que será el partido más importante.
"Pero en especial a mi esposa Marcela, a mis hijas, a la familia que en todo esto ha jugado un papel de apoyo, compañía, infinita paciencia, brindándome mucho amor, que es lo que necesita un hombre en estos momentos", concluyó.+
» Texto completo de la homilía