El Papa pide a los empresarios asumir su vocación con nobleza y responsabilidad
- 28 de noviembre, 2018
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Lisboa (Portugal)
La Oficina de Prensa de la Santa Sede difundió hoy el mensaje enviado por el Santo Padre a los participantes en el XXVI Congreso Mundial de la Unión Cristiana Internacional de Dirigentes de Empresa (Uniapac), que tuvo lugar en Lisboa del 22 al 24 de noviembre de 2018 dedicada al tema: "Los negocios como una vocación noble" (Business as a Noble Vocation) y que fue leído durante la apertura de los trabajo por monseñor Bruno-Marie Duffé, Secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede difundió hoy el mensaje enviado por el Santo Padre a los participantes en el XXVI Congreso Mundial de la Unión Cristiana Internacional de Dirigentes de Empresa (Uniapac), que tuvo lugar en Lisboa del 22 al 24 de noviembre de 2018 dedicada al tema: "Los negocios como una vocación noble" (Business as a Noble Vocation) y que fue leído durante la apertura de los trabajo por monseñor Bruno-Marie Duffé, Secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
El pontífice mostró su beneplácito por el tema del Congreso ya que en "el contexto actual de la globalización de la actividad económica y del intercambio afectaron profundamente las perspectivas, los objetivos y las formas de hacer negocios", señaló y destacó que la decisión de los empresarios de reflexionar sobre la vocación y misión de los líderes económicos y empresariales es, por lo tanto, "más esencial y necesaria que nunca".
Francisco indicó que la intensificación de ritmos de vida y de trabajo, "no necesariamente se orientan al bien común y a un desarrollo humano, sostenible e integral, e incluso pueden causar el deterioro del mundo y de la calidad de vida de gran parte de la humanidad", como señaló en la exhortación Laudato si´.
Ante estos cambios tan complejos, el Santo Padre propone a los empresarios que para mantener la fidelidad a su vocación y misión "se requiere mantener un delicado equilibrio entre la adopción de una innovación y una producción cada vez más competitiva, y la perspectiva de un progreso dentro del horizonte más vasto del bien común, de la dignidad humana y del justo empleo de los recursos naturales confiado a nuestros cuidados".
Al respecto indicó que a menudo en la vida profesional y de los negocios se encontrarán con situaciones en las que hay tirantez entre estos valores y, en consecuencia, deben tomar "decisiones prácticas importantes concernientes a la inversión y a la gestión". Ante esto el pontífice aconsejó a los empresarios "recordar tres principios rectores presentes en el Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia".
"El primero es la centralidad de las personas individuales, con sus capacidades, sus aspiraciones y sus problemas y dificultades. Cuando una empresa se convierte en una "familia", en la que la dirigencia se preocupa porque las condiciones de trabajo estén siempre al servicio de la comunidad, los trabajadores a su vez se convierten en una "fuente de enriquecimiento". Se les alienta a poner sus talentos y habilidades al servicio del bien común, sabiendo que su dignidad y circunstancias son respetadas y no simplemente explotadas".
"Guiarse por la regla del bien común", sugirió el pontífice a continuación: "Este principio fundamental del pensamiento social cristiano ilumina y, como una brújula, guía la responsabilidad social de las empresas, su investigación y tecnología, y sus servicios de control de calidad, hacia la construcción de una sociedad más humana y fraterna que pueda volver más accesibles para todos los bienes de este mundo".
"Por último, nunca debemos perder de vista el valor moral y económico del trabajo, que es nuestro medio de cooperar con Dios en una "creación continua", que impulsa la venida del Reino de Dios mediante la promoción de la justicia y la caridad social, y el respeto de las dos dimensiones, individual y social, de la persona humana".
"La noble vocación de los líderes empresariales ?concluyó Francisco en su mensaje- será evidente en la medida en que toda actividad humana se convierta en testimonio de esperanza en el futuro y en incentivo para una mayor responsabilidad e interés social a través del uso sabio, por parte de cada persona, de sus talentos y habilidades". +