Después de las últimas masacres, especialmente la cometida en Alindao el 15 de noviembre, en que murieron asesinados unos 50 civiles, los obispos centroafricanos, al cierre de su Asamblea Plenaria pidieron a los fieles y hombres de buena voluntad "no festejar el 1 de diciembre (Día Nacional), como una señal de luto" mientras que el domingo 2 de diciembre se decretó en todas las diócesis una jornada de luto y oración en memoria de las víctimas.
Al cierre de la Asamblea Plenaria, celebrada el 24 de noviembre, los obispos centroafricanos pidieron a las autoridades que pongan fin a la violencia que viene desangrando al país desde 2012 recordando que el primer artículo de la Constitución del país señala que "La persona humana es sagrada e inviolable y las fuerzas estatales tienen la obligación absoluta de respetarla y protegerla".
Después de denunciar la violencia que afecta a Bangui, Bambari, Batangafo y Alindao, los obispos convocaron a "las autoridades políticas y administrativas, al cuerpo diplomático, a los representantes de las instituciones nacionales e internacionales, a los medios de comunicación y la población a una conferencia de prensa el 26 de noviembre en el arzobispado de Bangui, para esclarecer la verdad sobre los crímenes inaceptables y odiosos perpetrados contra poblaciones civiles".
Asimismo, después de las
últimas masacres, -en concreto la cometida en Alindao el 15 de noviembre donde unos cincuenta civiles fueron asesinados- los obispos pidieron a los fieles y hombres de buena voluntad "no festejar el 1 de diciembre (día nacional), como una señal de luto" mientras que el domingo 2 de diciembre decretaron en todas las diócesis una jornada de luto y oración en memoria de las víctimas. Las colectas de misas dominicales serán destinadas a los sobrevivientes de estos ataques. +