En la homilía para este domingo 24 de noviembre, festividad de Cristo Rey, monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, reflexionó en torno a la figura de Jesús como rey del universo y rey del amor. Su figura no fue la que "hubiésemos imaginado" sino que, al humillarse en la cruz, el Señor se proclamó salvador.
En el último domingo del año litúrgico y la festividad de Cristo Rey,
monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, se refirió a la palabra de Dios expresada en el Evangelio según San Juan.
Comenzó su homilía retomando el capítulo de la multiplicación de los panes, donde "la gente quiso declarar a Jesús rey pero Él no quiso aceptarlo"; pero sin embargo, "antes de la crucifixión, sí aceptó ser declarado rey por Pilato, el representante del emperador romano", recordó monseñor Han Lim Moon.
"Para Jesús la verdad es el amor de Dios Padre hacia cada uno de nosotros. Además, Él es esa ?verdad?, su amor encarnado, hecho hombre, entregado a nosotros", sostuvo. El Señor "vive con nosotros, nos habla y nos acompaña", apuntó el prelado, y de este modo, "al asumir su verdad, en realidad, estamos aceptándolo a Él como el amor encarnado del Padre", explicó.
Monseñor Han Lim Moon continuó el relato con las características de Jesús como rey, especificando que éstas no fueron las que "hubiésemos imaginado", porque "en realidad, esa gloria se va a revelar al final de los tiempos", indicó. Por el contrario, se vio a un Jesús en la cruz, con la corona de espinas, desnudo, sin poder y abandonado casi por todos.
Este punto nos anima a aceptar a Jesús como nuestra Verdad y nuestro Rey del Amor. Tomando este camino, "¡Nuestra vida se transforma!", exclamó el obispo auxiliar de San Martín. Luego recurrió a tres puntos para graficar esta idea.
En el primero, "yo estoy en el centro y Cristo está fuera, es decir, no tiene nada que ver con mi vida. Es el caso de un no cristiano", relató. En el segundo caso, "Jesucristo forma parte de mi vida, pero el centro soy yo y Él marginado. Prácticamente Él es un servidor mío, cuando lo necesito, lo invoco", enseñó.
Y, al referirse al tercer punto, manifestó: "Jesucristo está ubicado en el centro de mi vida, porque yo acepté al ?esclavo de mi amor? como mi Rey, quien conduce mi vida a la felicidad auténtica porque me ama de verdad y su amor me transformó. Por eso, de ahora en más yo opto por servirlo", sostuvo.
Al finalizar, invitó a la comunidad a celebrar la fiesta de Cristo Rey siguiendo el último modelo en la vida cotidiana, "encontrando a Jesús especialmente en su Palabra, en la Eucaristía y en los necesitados",
concluyó.+