El obispo de Chascomús y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Carlos Humberto Malfa, destacó que "no se puede hacer memoria de lo que ocurrió" en la Asamblea de Medellín, de la que se cumplen 50 años, sin dejar de recordar a monseñor Eduardo Pironio. "Él definía a este acontecimiento como ?el paso del Señor por Latinoamérica?", memoró.
El obispo de Chascomús y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA),
monseñor Carlos Humberto Malfa, destacó que la II Asamblea de Obispos de América Latina y el Caribe (Medellín, Colombia), de la que se cumplen 50 años, "fue la encarnación en nuestro continente del espíritu del Concilio Vaticano II".
"Esta conferencia fue un acontecimiento de salvación, religioso y humano a la vez", sostuvo, y agregó: "No se puede hacer memoria de lo que ocurrió en Medellín sin dejar de recordar a monseñor (Eduardo) Pironio. Él definía a este acontecimiento como ?el paso del Señor por Latinoamérica?".
En declaraciones a Radio María Argentina, el prelado, quien en su juventud fue secretario privado de Pironio en Mar del Plata, detalló lo vivido en el Congreso Eclesial que se desarrolló a fines de agosto en Medellín, Colombia, con motivo del 50º aniversario de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
El obispo bonaerense afirmó que la presencia en 1969 del papa Pablo VI en Medellín, sirvió para "iniciar un camino de renovación espiritual, de una acentuada caridad pastoral y una notable sensibilidad social. Este paso del Señor por nuestras tierras hizo que la Iglesia latinoamericana se mostrara al mundo con exigencias de santidad, de amor y de servicio".
"Creo que la tercera exhortación apostólica del papa Francisco ?Gaudete et exsultate? nos vincula con el documento de Medellín, porque se renueva el llamado a la santidad. Tenemos que tener el coraje, la libertad y la alegría de renovarnos en este sentido", sostuvo.
El prelado señaló que "Pironio es siervo de Dios porque el Episcopado argentino lleva adelante su causa de canonización. Gracias a Dios, esta causa avanza muy bien en Roma. Y aprovecho para pedirles a todos que recen por esto, para que podamos ver pronto a Pironio como un nuevo beato de nuestro país".
"Nadie se encontraba con este gran hombre sin llevarse consigo algo de Dios. Pironio es como el testigo fiel, de la abundancia de su corazón hablaba su boca", aseguró.
Monseñor Malfa reseñó además que "para Pironio, la Iglesia fue su amor fundamental y único. Y esto supo contagiarlo. Y él siempre decía que de Medellín salió una Iglesia centrada en Cristo y servidora de la humanidad. Estas dos realidades son inseparables".+