El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió el lunes 19 de noviembre el tedeum por el 136º aniversario de la ciudad de La Plata. En su homilía, repasó la historia de la ciudad y llamó a generar una cultura del encuentro.
En un nuevo aniversario de la fundación de la ciudad, el arzobispo de La Plata,
monseñor Víctor Manuel Fernández presidió el lunes 19 de noviembre el tedeum.
Asistieron a la celebración el intendente municipal, doctor Julio Garro, autoridades municipales, miembros del clero y de la Iglesia Siria Ortodoxa.
En su homilía, el arzobispo recordó que cuando Dardo Rocha fundó la ciudad, dijo que la misma llevaba el nombre del "río magnífico que la baña".
"Muchos inmigrantes que llegaron a formar esta ciudad soñaban con preparar un futuro mejor para sus familias", señaló monseñor Fernández, y añadió que "en 1884, de 10000 habitantes el 90% eran extranjeros. Por eso, los orígenes de esta ciudad están forjados de sueños, de esfuerzos ilusionados, de un poco de aventura arriesgada, de apuesta", afirmó.
Sim embargo, el arzobispo subrayó que pocos años después del florecimiento "la ciudad entró en crisis y estancamiento", y fue la universidad la que "le dio un nuevo prestigio", aunque "una y otra vez tuvo momentos duros, y volvió a salir adelante", refirió.
Lejos de aquellos momentos de dificultades, monseñor Fernández reconoció con gran optimismo tener "la seguridad de que hay en esta ciudad un gran potencial algo adormecido".
"La fuerte y variada inmigración que la formó es un humus lleno de vida y de posibilidades y por eso pido a Dios en este día que despierte todavía más la creatividad, el empuje, la audacia de los platenses", rezó.
Seguidamente, el prelado recordó que la variedad de inmigrantes que hicieron nacer esta ciudad, "a la que se suman hoy los queridos paraguayos, bolivianos, y últimamente venezolanos, también nos anima a lo que el papa Francisco llama la ?cultura del encuentro?".
En virtud de ello, monseñor Fernández articuló tal expresión del Santo Padre, con los que "supieron convivir en los orígenes de la ciudad y con tantas personas diversas", junto con quienes hoy lo hacen y en donde "estamos llamados a seguir creando lazos comunitarios, estamos llamados a resistir el individualismo del mundo actual y a caminar juntos para el desarrollo de nuestra sociedad", destacó.
"Esto implica incluir a los últimos, integrar mejor a los más pobres, darles posibilidades a todos los que tienen ganas de arremangarse: Desde los cartoneros hasta los pequeños empresarios; desde los horticulturales hasta los científicos y los artistas", instó.
Finalmente, monseñor Fernández pidió: "Reavivemos hoy el sueño de una ciudad pujante construida entre todos, con todos y para todos".
Finalizado el tedeum, el arzobispo junto con el Intendente Garro, se dirigieron a la cripta que se encuentra debajo del templo y en la cual yacen los restos del fundador de la ciudad, arquitecto Dardo Rocha y su esposa, Juana Paula Arana Merino. Allí, el Arzobispo bendijo su tumba y la máxima autoridad del Municipio depositó una ofrenda floral.+
Texto completo de la homilía