El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, consideró que los verbos gritar, responder y liberar, que el papa Francisco destaca en su mensaje para la II Jornada Mundial de los Pobres, deben movilizar a toda la sociedad a "abandonar las abstracciones y poner manos a la obra".
El arzobispo de San Juan de Cuyo,
monseñor Jorge Eduardo Lozano, dedicó su columna semanal a explicar el sentido de los verbos gritar, responder y liberar que el papa Francisco destaca en su mensaje para la II Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra este domingo en todo el mundo.
El prelado advirtió que "la situación de pobreza y miseria no son cuentos para ser relatados de modo naif, ni para recortar las partes que nos molestan. Las situaciones desesperantes de hambre e indigencia son un clamor que llega al cielo".
En este sentido, el arzobispo lamentó que "la sociedad suela dar vuelta la cara" a este clamor de los pobres y aseguró que "solamente abriendo el corazón, acogiendo la vida lastimada o pisoteada, puede surgir una respuesta de amor y solidaridad".
"El grito de los pobres no debe paralizarnos sino movilizarnos, sacudirnos de la comodidad para llevarnos al encuentro del otro, reconociéndole como hermano", subrayó.
Monseñor Lozano sostuvo que "las diversas situaciones de pobreza son producto de la opresión de unos pocos sobre multitudes", por lo que recordó: "Estamos llamados a ser artífices de la liberación de toda una larga cadena de injusticias".
"Estamos llamados a acercarnos y tocar las llagas de Jesús en los pobres. No sólo debemos procurar gestos concretos de solidaridad ante las miserias más urgentes, sino que simultáneamente debemos comprometernos para que haya estructuras más justas en la sociedad", aseveró.
"Se trata de poner a los pobres en el centro de la vida de la Iglesia, de las reuniones, de las actividades pastorales. Pensemos los tres verbos: gritar, responder, liberar. Nos mueven a abandonar las abstracciones y poner manos a la obra", concluyó.+