Tras la 116º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, en la que los obispos argentinos confirmaron que aceptan el reemplazo gradual de los aportes del Estado, el obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, se refirió a esta decisión de la Iglesia.
En una entrevista con Radio Universidad CALF, el obispo de Neuquén,
monseñor Fernando Croxatto, brindó detalles sobre la reciente decisión de los obispos argentinos de renunciar a los aportes que el Estado otorga a la Iglesia.
Además, explicó de qué se ocupará la nueva Comisión Episcopal para el Sostenimiento, y cómo impacta en la Iglesia esta medida. En ese sentido, planteó que esto le da a la institución la oportunidad de una mayor "libertad de trabajo, de compromiso, frente a la mirada que quizá nos enjuicia".
El obispo apuntó que la Iglesia no es aliada de ningún poder determinado y que no estar sujetos a una asignación permitirá "transparentar la verdadera misión que tenemos de buscar el bien común, el anuncio del Evangelio y a limpiar el terreno para que se vea claramente nuestra tarea".
En cuanto a la nueva Comisión Episcopal para el Sostenimiento, el prelado explicó que tiene dos tareas fuertes: "Una hacia el gobierno, en la línea de ir combinando la gradualidad de esta renuncia que nosotros hacemos de las asignaciones, y haciendo un camino gradual para ir acomodando las cuestiones internas de cada obispado. Hacia adentro de la Iglesia, la tarea de esta Comisión es buscar y fomentar en todos los obispados, la comunión de bienes y la fuente de recursos para sostener esta nueva situación que queremos comenzar a vivir", detalló.
El prelado consideró que el debate no reside tanto en el tema económico. "Usando el monto general, los 140 millones, parecería una barbaridad, pero en lo concreto de cada diócesis no es tal. Lo fundamental acá es la decisión en sí, lo importante es que nosotros como Iglesia renunciemos un poco a este aporte, y de alguna manera el principal interés es que quede más claro cuál es la tarea de la Iglesia, y que esto no empañe nuestra tarea de Evangelización, de misión que tenemos como Iglesia, nuestro sentido de estar en la sociedad desde otro lado", aclaró.
En el caso de la diócesis de Neuquén, precisó el obispo, se verá afectado sólo un 15% del gasto mensual del obispado, presupuesto que se utiliza por un lado, para el sostenimiento de estudio para los seminaristas en formación, una cantidad similar para los curas de frontera, luego, para los sacerdotes jubilados, y lo que está más en boga, lo que se dice de los sueldos de los obispos, que no son sueldos sino asignaciones al referente del obispado, para el mantenimiento del obispado. "Siempre son aportes, nunca sueldos", explicó.
Monseñor Croxatto reconoció que "ha sido un año difícil donde hubo opiniones y juicios de todo tipo hacia todos los ámbitos, en el cual también la Iglesia los fue recibiendo". Por eso esta decisión se toma en este momento, con el objetivo de que no interfiera en la verdadera tarea de la Iglesia.
En cuanto a la "separación entre Iglesia y Estado", el prelado consideró que "de por sí ya hay una falacia de expresión, porque nosotros no estamos unidos al Estado. Esto es un sostenimiento que viene a su vez de la Constitución, que no significa unión de Iglesia y Estado porque nosotros no estamos dentro del Estado", aclaró. "Habrá que ver a dónde se apunta, si lo que ellos apuntan desde esa campaña es a esto concretamente, nosotros para no entorpecer y no seguir manteniendo estados de conflicto, dejamos claro que nosotros tenemos otro interés, no estamos detrás de esa unión o necesidad de tener que estar dependiendo del Estado, si lo entienden de esta manera", continuó. Además, aclaró que esta decisión de renuncia no afectará a las escuelas, porque dicho presupuesto no va a la educación.
Educación Sexual
Por otra parte, consultado sobre la Educación Sexual Integral, reconoció que durante la Asamblea se trató el tema, como también se habló del trabajo que la Iglesia viene haciendo desde hace años, desde una mirada distinta.
El prelado aseguró que están de acuerdo con la Educación Sexual Integral, pero "no solamente pensando en el ?no embarazo? sino también en la educación propiamente dicha, es decir, en cómo asumir, cada uno como persona, la idea de cuerpo y espíritu, esta dimensión antropológica trascendente de la persona. Lo que la Iglesia defiende, destacó, es una ley que ya existe, y a la que se pretende modificar, quitando así el respeto a la libertad de educar según la mirada cristiana", advirtió.+