El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, publicó un editorial en el periódico diocesano "Peregrinamos". Con el título "Los pobres, lugar de encuentro con Jesucristo y destinatarios privilegiados de nuestro amor", llamó a servir a los más necesitados.
En un editorial publicado en el periódico diocesano "Peregrinamos", el obispo de Formosa,
monseñor José Vicente Conejero Gallego, se refirió a "Los pobres, lugar de encuentro con Jesucristo y destinatarios privilegiados de nuestro amor".
"Así como la ambición, la avaricia y el amor a las riquezas de este mundo son causa de muchos males, como la corrupción y la indiferencia por los demás; el anhelo por la pobreza de espíritu, el amor y el servicio a los pobres son fuente y lugar de encuentro con Jesús, quien Él mismo quiso ser pobre, llamó bienaventurados a los pobres y se identificó con ellos", afirmó el prelado.
"La Iglesia, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de Jesús, siempre, a lo largo de los siglos, ha proclamado estas verdades; más aún, muchos de sus discípulos y amigos han seguido sus huellas viviendo pobremente, despojándose de sus bienes y adoptando libremente la pobreza y la austeridad como estilo de vida, amando, compartiendo y sirviendo a los más pobres y desfavorecidos. Ellos son los testigos cualificados de la Iglesia de Jesús, los santos", expresó.
"En los últimos años, el Magisterio de la Iglesia ha insistido y explicitado con mucha claridad la opción por los pobres, como una de las dimensiones constitutivas y necesarias de la vida cristiana para el auténtico seguimiento de Cristo, y así, poder alcanzar la santidad", recordó el obispo, citando el Documento de Puebla (1979) al presentar la opción preferencial por los pobres, signo de autenticidad evangélica: "Acercándonos al pobre para acompañarlo y servirlo, hacemos lo que Cristo nos enseñó, al hacerse hermano nuestro, pobre como nosotros. Por eso el servicio a los pobres es la medida privilegiada aunque no excluyente, de nuestro seguimiento de Cristo".
Por otra parte, monseñor Conejero destacó que San Juan Pablo II, al inicio del nuevo milenio, "al apostar por la caridad, nos exhortaba a que tenemos que actuar de tal manera que los pobres, en cada comunidad cristiana, se sientan como ?en su casa?".
"Muy iluminador también es el texto del Documento Conclusivo de Aparecida (2007) al presentarnos los Lugares de encuentro con Jesucristo, cuando trata El Itinerario Formativo de los Discípulos Misioneros: El encuentro con Jesucristo en los pobres es una dimensión constitutiva de nuestra fe en Jesucristo. De la contemplación de su rostro sufriente en ellos y del encuentro con Él en los afligidos y marginados, cuya inmensa dignidad Él mismo nos revela, surge nuestra opción por ellos. La misma adhesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y solidarios con ellos", agregó.
Finalmente, y teniendo en cuenta el llamado del papa Francisco, exhortó a "reconocer que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención pastoral. De ahí que, la opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria".
"No es de extrañar, por tanto, que el Papa haya querido instituir una Jornada Mundial de los Pobres a celebrarse cada penúltimo domingo del año litúrgico. Este año, la segunda jornada, por realizarse el domingo 18 de noviembre, tiene como lema ?Este pobre gritó y el Señor lo escuchó?, inspirándose en el Salmo 34,7", explicó el obispo, y recordando las palabras del Santo Padre, invitó a "hacer un serio examen de conciencia para darnos cuenta de si realmente hemos sido capaces de escuchar a los pobres; y, a la vez, personal y comunitariamente, hacer tangible la respuesta de la Iglesia al grito de los pobres, para vivir esta Jornada Mundial como un momento privilegiado de nueva evangelización. Los pobres nos evangelizan, ayudándonos a descubrir cada día la belleza del Evangelio", concluyó.+