El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani SDB, envió una carta a los fieles con motivo de la misa celebrada el 20 de octubre en Luján, de la que participaron representantes de gremios y organizaciones sociales para pedir por "Paz, Pan y Trabajo".
El arzobispo de Mercedes-Luján,
monseñor Agustín Radrizzani SDB, se refirió por medio de una carta a la misa celebrada el 20 de octubre en Luján, de la que participaron representantes de gremios y organizaciones sociales para pedir por "Paz, Pan y Trabajo".
En sus líneas, reconoció que algunos "se sienten desorientados o angustiados", y explicó que el pedido de la realización de la misa fue solicitada por el doctor Julián Domínguez, en representación de algunos gremios y organizaciones sociales. "Ante este pedido, y ante la finalidad que perseguía el encuentro, no creí oportuno negarme a esta invitación", señaló.
Además el obispo reiteró que el papa Francisco "no tuvo ninguna injerencia en esta decisión", y añadió: "tampoco estuve en contacto con ningún gremialista para preparar la misa".
"Nuestra misión es anunciar a Jesucristo y que Él sea conocido y amado por nuestro pueblo. Nunca tuve el deseo de apoyar ni un partido, ni una ideología, ni una persona. Por tanto, no existió intencionalidad política alguna en la celebración, y les aseguro que no he recibido ningún beneficio económico para nuestra querida Iglesia arquidiocesana ni tampoco para mi persona", aclaró.
"En este momento que vive la Iglesia en nuestra Patria, con el feliz pastoreo del papa Francisco, y a la luz del Concilio Vaticano II, nosotros como pastores hemos tratado de estar dentro de la sociedad y en relación con los gobiernos con un estilo de independencia y colaboración, cerca del pueblo y de sus procesos históricos", señaló el prelado, y sostuvo: "Como Iglesia no nos identificamos con ningún partido, ni apoyamos ninguna persona en particular vinculada a los mismos".
"Mi intención, al aceptar dicha celebración, fue expresada en la homilía y fue la de propiciar un clima de diálogo para superar las dificultades que sufren muchos argentinos. El diálogo, para que sea constructivo, debe ser hecho con sinceridad y sin segundas intenciones. Es escuchar al otro y manifestarle mis puntos de vista. Esto construye puentes que forjan entre nosotros una convivencia fraterna que es el encuentro entre hermanos, tan recomendado por el papa Francisco y tan necesario en este momento histórico que nos toca vivir. Esto ayuda a superar las dolorosas divisiones o "grietas" que tanto dificultan nuestro crecimiento como nación", consideró.
Finalmente, y "convencido que con honestidad y servicio nos fortaleceremos como nación y así, en este clima de esperanza, educar a las generaciones venideras", manifestó: "como Iglesia, nos oponemos a toda forma de corrupción".
"Sé que algunos han sufrido por la misa del 20 octubre, les pido perdón, así como otros se han alegrado. Los invito a todos a caminar juntos para superar la dolorosa brecha que vivimos en nuestra sociedad", concluyó, pidiendo que "la Santísima Virgen, Nuestra Señora de Luján, madre de los argentinos, nos ayude a ser siempre mensajeros de paz y esperanza para todos".+