Como cada año, la comunidad diocesana de Orán, peregrinó en honor de los Mártires del Zenta. En el lugar donde dieron su vida los siervos de Dios, el obispo diocesano, monseñor Luis Antonio Scozzina OFM, presidió la misa. En su homilía, llamó a los fieles a "escuchar el grito de los más pobres" con la actitud de los mártires que "vinieron sin armas, portando el Evangelio de Jesús".
Una multitud de fieles de la diócesis de Orán peregrinó este 27 de octubre en honor de los Mártires del Zenta. La misa fue presidida por el obispo diocesano,
monseñor Luis Antonio Scozzina OFM, que en su homilía destacó que el lugar donde murieron los Siervos de Dios es "un lugar santo, porque es una tierra regada por la sangre de estos misioneros, sacerdotes, religiosos, laicos, que expresan la identidad de esta tierra, la identidad de esta Iglesia que peregrina en Orán".
Al peregrinar allí, afirmó el prelado, "venimos a hacer memoria de las semillas del Reino que sembraron en esta tierra, porque esos orígenes nos determinan nuestro estilo, nuestra forma de ser Iglesia hoy. Venimos a peregrinar porque venimos a pedir gracia o dar gracias también".
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"A pedir gracia porque sabemos que en estos tiempos necesitamos abrir el oído, y no ser como estos discípulos que rodeaban a Jesús, que le impedían realizar su obra de misericordia", explicó, refiriéndose al Evangelio. "En este hermoso relato de este ciego que está al costado del camino dice el texto evangélico que ?gritaba?", recordó, y señaló: "Hoy hay muchos hermanos que están a la orilla del camino, hay muchos gritos de muchos que recurren a Dios y que no es suficientemente escuchado, y no solamente no es escuchado por los responsables políticos o sociales, muchas veces el corazón de los que estamos rodeando a Jesús nos volvemos un poco insensibles, más aún, tenemos la pretensión, porque eso es lo que hicieron los discípulos de Jesús, de acallar el grito del pobre. Y Dios en su misericordia al primero que escucha es el grito del pobre y del necesitado, en cualquier situación que se encuentre", afirmó.
"Nosotros, que ante algunas adversidades que nos toca vivir, inmediatamente tratamos de armarnos, a veces no con armas pero nos armamos con posturas, con confrontaciones que muchas veces no son buenas para el testimonio del Evangelio", advirtió. "Nos dice el papa Francisco: La Iglesia vive momentos de persecución, porque hay muchas situaciones en que está puesta en cuestión la existencia o la palabra o la misión de la Iglesia", indicó. "De hecho se nos dice que no tenemos derecho a presentar nuestra forma de vivir, nuestro estilo de vida, nuestra forma de entender la realización humana, en tantas discusiones en las que hoy estamos puestos y sometidos".
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En ese sentido, el obispo planteó a los fieles: "¿Cuál es la actitud? ¿Cuál es el gesto?", y expuso: "Tenemos el gesto de estos mártires que porque decideron entregar su vida, hicieron ofrenda de su vida, se expusieron a situaciones de entregar la vida con su propia entrega de la sangre. ¿Estamos dispuestos nosotros, los cristianos de hoy, a celebrar el culto eucarístico acompañado de la ofrenda? No de cosas, no de sacrificios, de la entrega de nuestra propia vida, ese es el culto agradable a Dios", afirmó.
"Hermanos, ¿Estamos en estos tiempos difíciles de la Iglesia, dispuestos a entregar la vida, a donar la vida, o pretendemos cuidarla, protegerla?", planteó monseñor Scozzina. "Nos tenemos que defender, se escucha muy seguido, ante el ataque de tantos", continuó, y preguntó: "¿Cuál es la actitud del Evangelio de Jesús? ¿Qué hizo Jesús? Es la pregunta que nos tenemos que hacer todos. Jesús no dejó de decir que era el hijo de Dios, el enviado del Padre, pero también en el momento más crudo guardó silencio. También es la actitud de quien testimonia el Evangelio de Jesús. Hay tiempos en que tenemos que guardar un admirable silencio, y mucha oración", aseguró.
Finalmente, pidió a la comunidad "disponibilidad a la escucha del grito de los más necesitados. Que nuestras comunidades, que nuestras parroquias, sean lugares de escucha del grito del pobre y del necesitado. Jesús escucha el grito y nos invita a que nosotros seamos esos instrumentos", animó.
Además, el prelado pidió hacer de ese momento, un momento de oración por el papa Francisco: "Nosotros nos quedamos en las discusiones que nos ponen los medios de comunicación y los intereses políticos de turno, pero la batalla que el papa Francisco está librando en estos momentos es dura y difícil. Él se muestra sereno y nos dijo a los obispos argentinos que estuvimos compartiendo con él: No me han hecho perder la paz. Pero cuenta, y se los hemos manifestado, con la oración y el acompañamiento de su pueblo fiel", afirmó.+