En los últimos días del Sínodo de Obispos que se desarrolla en Roma sobre "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", los obispos argentinos, monseñor Ricardo Seirutti y monseñor Eduardo García, contaron sus experiencias como participantes del encuentro convocado por el papa Francisco.
El obispo de San Justo,
monseñor Eduardo García, y el obispo auxiliar de Córdoba,
monseñor Ricardo Seirutti, participantes en el Sínodo de Obispos convocado por el papa Francisco sobre "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", compartieron sus vivencias y sus reflexiones sobre lo que sucede en Roma, a pocos días de culminar este acontecimiento que reúne a participantes de todo el mundo.
En su mensaje, monseñor Seirutti reconoció que "es una experiencia grandemente formativa para nosotros" y afirmó: "Nosotros estamos aprendiendo de esta realidad diversa de los jóvenes en los distintos países, y no podemos dejar de pensar en nuestros jóvenes argentinos".
Sobre lo trabajado en el Sínodo, el prelado detalló: "Como propuesta hemos trabajado primero la escucha, después el discernimiento y el acompañamiento de los jóvenes y en esta última semana el acercamiento a las propuestas que tenemos como Iglesia para ir hacia los jóvenes".
"Todo se resume así: La Iglesia tiene que ir al encuentro de los jóvenes allí donde ellos están, sin prejuicios, sin pre-notas, sino que tenemos que ir con la libertad de ellos y la nuestra. Hay jóvenes en el mundo que tienen mucha fe, que viven el martirio, que tienen que irse de su país y migrar hacia otro, jóvenes que están en guerra? Ojalá que nosotros, en este desafío, sepamos ser coherentes cuando lleguemos cada uno a nuestros países, e ir al encuentro de ellos", deseó.
Monseñor García, por su parte, recordó: "Hemos escuchado muchas cosas, ha habido más de 400 exposiciones, pero lo más lindo es que escuchamos en boca de los jóvenes lo que hay en el corazón de los jóvenes: sus deseos, sus angustias, sus esperanzas, lo que nos piden y lo que nos reclaman".
El prelado señaló una perspectiva: "Ir hacia donde ellos están". En ese sentido, destacó que "una de las riquezas de este Sínodo es que necesitamos de los jóvenes, para que ellos nos lleven de la mano hacia donde están, y que ellos mismos nos enseñen sus lenguajes, sus modos, cómo llegar".
"Nosotros les ofrecemos este Evangelio que tratamos de vivir hace tantos años como pastores. También necesitamos que ellos sean nuestros pastores en aquellas situaciones de dolor, sufrimiento, desesperanza, de falta de sentido, que viven muchos de ellos", reconoció.
Finalmente, relató: "Algo muy lindo que hemos vivido es que no estamos haciendo una opción por los jóvenes sino que queremos hacer una opción con los jóvenes; ellos tienen que estar en todas las pastorales para dar su mirada. El lugar de los jóvenes es en toda la Iglesia, para que podamos ser una Iglesia renovada, porque ellos son el constante cambio y la constante adaptación. Esperemos que esta última semana de Sínodo pueda ser una riqueza para toda la Iglesia", concluyó.+