El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, reitera su acompañamiento y cercanía pastoral con las familias de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, y les confirma que el 15 de noviembre próximo, al cumplirse un año de la desaparición de esta nave de la Armada, presidirá una misa a las 16.30 en la Base de Mar del Plata.
El obispo castrense,
monseñor Santiago Olivera, reitera su acompañamiento y cercanía pastoral con las familias de la tripulación del submarino ARA San Juan, y les confirma que el 15 de noviembre próximo, al cumplirse un año de la desaparición de esta nave de la Armada, presidirá una misa a las 16.30 en la Base de Mar del Plata.
"Hace casi un año desde que ellos, sus hijos, sus esposos, padres, amigos y novios salieron a navegar pero aún no han regresado, no bajamos los brazos, pero la situación hace muy difícil el reencuentro con ellos aquí. Aceptar la realidad es también un acto de responsabilidad personal y en pro del bien común", expresa en una carta.
"Una angustia oprime nuestro corazón, un nudo fuerte nos impide el paso de la respiración, pero solo un alma noble puede aceptarlo sin perder la paz y con digna resignación. Nadie se va mientras alguien lo recuerde ni se aleja de nosotros si le damos vida en nuestro corazón", recuerda.
El prelado reconoce que "la tristeza de lo sucedido hizo que valore más aun a tantos hombres y mujeres, jóvenes y adultos de las Fuerzas Armadas que entregan sus vidas por el bien de la Patria, que es el bien de todos".
"¡Nuestros 44 hermanos de la Armada Argentina están donde siempre quisieron estar, navegando! Podríamos reprocharles esto, el no estar, pero no lo tomemos a mal, porque era parte de su vocación, es decir, un llamamiento a la heroicidad que conlleva riesgos, incluso el riesgo de dar la vida. Ellos lo sabían, nosotros lo sabíamos y así lo aceptamos", sostiene.
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"Zarparon encomendándose al amor de nuestra Madre Santísima. Sabemos que la Estrella del Mar, Stella Maris, al cumplirse este tiempo, no ha abandonado a sus hijos y aun protege bajo su manto purísimo el valor, la hidalguía y el patriotismo de estos marinos de honor", añade.
Monseñor Olivera subraya que "si ellos desde su lugar nos pudieran hablar, seguramente nos dirían que nos aman y que nuestro dolor no opaque la grandeza de este acto de amor a la Patria y el destino que Dios les trazó cuando eligieron el mar", y afirma que consolarían a todos con la oración de San Agustín que empieza diciendo: "No llores si me amas?
"Este 15 de noviembre estaré con ustedes acompañándolos y pidiendo al Señor por cada uno y por cada familia, celebrando la santa misa que es el sacrificio más grande ofrecido por amor. Que Nuestra Madre, en la advocación de Stella Maris, Patrona de la Armada Argentina, nos guíe, acompañe y conforte a todos", concluye.