Al cumplirse el segundo aniversario de la canonización del Santo Cura Brochero, el martes 16 de octubre, monseñor Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje, celebró la Eucaristía de acción de gracias en Villa Cura Brochero. "Que este segundo aniversario nos ponga a todos en movimiento, que no solo se muevan las campanas, sino que el espíritu de Brochero nos mueva a todos", anunció el obispo.
"Que este segundo aniversario nos ponga a todos en movimiento, que no solo se muevan las campanas, sino que el espíritu de Brochero nos mueva a todos", anunció monseñor Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje, al celebrar en la Plaza Centenario de Villa Cura Brochero, la Eucaristía con motivo de los dos años de la canonización del Santo Cura Brochero.
Sacerdotes y diáconos acompañaron concelebrando la misa en honor al Santo Patrono del clero argentino, al tiempo que inauguraron las nuevas campanas del santuario Nuestra Señora del Tránsito y Santo Cura Brochero, donde se encuentran las reliquias del santo argentino.
En su homilía, monseñor Araya expresó: "El origen de la santidad siempre es Dios, la fuente de la santidad es la gracia de acercarnos a Cristo y dejar que invada nuestra vida, sin poder vivir de otra manera". Luego recordó la Casa de Ejercicios que con tanto esfuerzo el cura construyó, en colaboración de los vecinos que trabajaron a la par, y la sucesión de retiros que registraron 158 tandas y 38.046 ejercitantes.
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"Pidamos por la santidad de nuestra Iglesia Diocesana, con sus familias, con sus consagrados, con aquellos que buscan a Dios, con los hombres y mujeres de buena voluntad que habitan este suelo", mencionó el obispo de Cruz del Eje. "En este Santo hemos encontrado una señal de Dios que viene, que se acerca, que no abandona a los pobres, que incluye a todos".
Exhortó a los presentes con la pregunta: "¿Seremos capaces de seguir la huella?", y definió a Brochero como aquel que "va adelante", un gran ejemplo del misionero que lleva a Cristo, "Brochero es misión, ¿quién quiere seguirlo?", les preguntó. "El Santo Cura Brochero nos acerca la bondad y la belleza de Dios, nada puede distraernos de la misión".
Monseñor Araya evocó la alegría del santo: "Esa alegría no se compra, eso no se merece, es gracia, es regalo de Dios y crece cuando se la comparte". "Cristo puede llenar de consuelo el corazón, abrir los oídos, soltar la lengua, fortalecer los pies, abrir las manos. No dejemos solos a los pobres, no abandonemos a los que sufren, a los enfermos, a los jóvenes", sostuvo.
Al finalizar sus palabras, rezó por los sacerdotes argentinos, "para que podamos encontrar un lugar donde ellos que quieran renovar su sacerdocio al estilo de Brochero, puedan tener el sustento necesario para entrar en contacto con la gente del lugar y con los peregrinos, visitar a los enfermos, escuchar y confesar en este santuario", concluyó. +
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