En su programa radial "Compartiendo el Evangelio", el obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, compartió unas reflexiones sobre el Evangelio de San Marcos donde se narra el episodio en el que Jesús sostiene un diálogo con un joven "que lo quiere seguir y que ha cumplido desde su juventud la mayoría de los mandamientos pero que le faltaba algo, la entrega total".
En su habitual programa radial "Compartiendo el Evangelio", el obispo de Avellaneda-Lanús,
monseñor Rubén Oscar Frassia, compartió unas reflexiones sobre el Evangelio de San Marcos donde se narra el episodio en el que Jesús sostiene un diálogo con un joven "que lo quiere seguir y que ha cumplido desde su juventud la mayoría de los mandamientos pero que le faltaba algo, la entrega total".
"Muchas veces -reflexionó monseñor Frassia- uno lo sigue al Señor pero se queda en la puerta, no sigue avanzando, no entra en la casa interior. A veces se para ahí porque tiene miedo, porque mira para atrás, porque arrastra otras cosas, pero no está libre para seguirlo definitivamente porque el corazón está lleno de "otras cosas".
"El Evangelio dice que este joven que era un hombre rico, que poseía muchos bienes; esas riquezas son bienes materiales y también hay riquezas que ocupan lugar en el corazón como la fama, la vanidad, la "pinta", el orgullo, los egoísmos ¡tantas cosas que uno puede atesorar!
"Vemos una actitud de seguimiento, una actitud de despojo, de desprendimiento, para que uno pueda estar más libre, sin tanto peso que haga demorar la marcha. Que cada uno sepa qué cosa le pesa para que pueda estar más libre y pueda amar en serio. Si alguien tiene dudas, o pueda pensar que todo esto es muy pesado, que es imposible, vale recordar las palabras de Jesús: "para el hombre es imposible, pero para Dios todo es posible".+