Sínodo: Santidad, Eucaristía y conversión rejuvenecerán el rostro de la Iglesia
- 17 de octubre, 2018
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Ciudad del Vaticano
Los testimonios de santidad y martirio de nuestro tiempo; la necesidad de conversión, transparencia, el escándalo de los abusos, una Iglesia menos discursiva y más acogedora, desempleo, son algunas de los temas presentados en la 13° Congregación General del Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes, que se celebra en el Vaticano, hasta el 28 de octubre, en la que participaron 257 padres sinodales, además de numerosos auditores y delegados fraternos.
El Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes, que se celebra en el Vaticano hasta el 28 de octubre, prosiguió con su desarrollo con la 13° Congregación General, en la que participaron 257 padres sinodales, además de numerosos auditores y delegados fraternos.
Los testimonios de santidad y martirio de nuestro tiempo; la necesidad de conversión, transparencia, el escándalo de los abusos, una Iglesia menos discursiva y más acogedora, desempleo, son algunos de los temas presentados.
Santidad
Los padres sinodales ?según destaca VaticanNews- que participaron en la 13ª Congregación ofrecieron ejemplos conmovedores de jóvenes que se encuentran viviendo en áreas del mundo donde los cristianos son una minoría, a menudo perseguidos. El pensamiento se dirigió primero a Medio Oriente, donde mucha gente muere dando testimonio de fe en Jesucristo, luego a los "dalits" en la India, los últimos de la sociedad, gente sin derechos que, para preservar la fe y la dignidad de los hijos de Dios, su única riqueza, están dispuestos a ir al martirio.
Del ejemplo de estos santos de nuestro tiempo surgen nuevas conversiones. Cada joven ?señaló el Sínodo? anhela la santidad y es exigente: necesitan testimonios auténticos, puntos de referencia en los que inspirarse, quieren encontrar pastores que vivan el espíritu de las bienaventuranzas, que oren, mediten y que no sean sólo empleados o funcionarios de una institución. Por lo tanto, necesitamos una conversión.
Una Iglesia menos discursiva y más transparente
Entre los debates del 13 Congregación se concluyó que "los jóvenes no sólo quieren palabras bonitas y se sienten ofendidos por el escándalo de los abusos". Los padres sinodales exhortaron a "ser una Iglesia transparente y decir con alegría que el celibato y la castidad son opciones posibles con la gracia de Dios".
Verdad y misericordia, fueron dos temas que se señalaron con fuerza en los debates. Ambos son inseparables y tienen su centro en Cristo: en este sentido, es decisiva la figura de un buen director espiritual que, condenando el pecado, lo acompaña con amor: "Dios ?destacó el Sínodo? nos acepta tal como somos, pero no nos deja tal como somos", transformándonos en hombres y mujeres nuevos.
Eucaristía y reconciliación rejuvenecen a la Iglesia
Los obispos denunciaron la cultura materialista y hedonista de hoy que busca expulsar a Dios del corazón del hombre proponiendo falsos ídolos como el dinero, las adicciones (ludopatía, pornografía, etc.), los placeres efímeros y el rechazo a los ideales y valores cristianos como la familia.
Se trata de desafíos a los que la Iglesia no debe renunciar, indicando la fuerza de Cristo resucitado y el anuncio del kerigma. La cruz, en efecto, señalan los obispos, no asusta a los jóvenes que, por el contrario, desean un anuncio claro y menos vago del Evangelio. La llamada de Jesús crucificado debe resonar fuerte, no débil o anémica. Para tener una Iglesia rejuvenecida, el Sínodo se propone animar a los jóvenes a rezar el Rosario y a participar en los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.
Desempleo e emigración
La Iglesia debe ser una familia, atenta a ayudar a los que no tienen trabajo: un ejemplo virtuoso es el apoyo eclesial a los proyectos de microcrédito, en la convicción de que una ocupación ayuda a dar sentido a la vida y es la premisa para un futuro sereno de la sociedad. Por eso, los pastores deben instar a las instituciones a que presten mayor atención a las nuevas generaciones, especialmente a aquellas que se ven obligadas a emigrar abandonando a sus familias y raíces.
Los obispos advirtieron que "es justo hacer de los jóvenes protagonistas del desarrollo humano integral de la sociedad: en diversas partes del mundo muestran una gran responsabilidad hacia los más pequeños y hacia el medio ambiente".
La educación cristiana
El Sínodo pide también a la Iglesia que no renuncie al derecho de educar a los jóvenes en las escuelas y universidades: lugares de apertura, de diálogo, de formación de las conciencias y de fortalecimiento de los valores morales.
La recomendación es "salvar" las escuelas que ya existen antes de crear otras nuevas. No al proselitismo, pero los programas escolares de inspiración católica deben reforzarse porque ?explican los padres sinodales? "no se enciende una lámpara para ponerla debajo de la mesa". También pedimos que no olvidemos a las muchas familias pobres y desfavorecidas que, por razones económicas, no pueden ofrecer a sus hijos una buena educación.+