El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, ordenó un nuevo sacerdote para la diócesis, en una ceremonia celebrada en el santuario Jesús de la Divina Misericordia. Participó una gran cantidad de fieles, religiosas, diáconos y sacerdotes del clero diocesano.
En una ceremonia presidida por el obispo de Puerto Iguazú,
monseñor Marcelo Martorell, en el santuario Jesús de la Divina Misericordia, el 7 de octubre fue ordenado sacerdote el diácono Hernán Ezequiel Vigna, que recibió su formación en el Seminario Mayor San José, de la arquidiocesis de La Plata.
La celebración contó con la participación de una gran cantidad de fieles, religiosas, diáconos y sacerdotes del clero diocesano.
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En la homilía, monseñor Martorell se refirió al sacerdocio como "subir a la Cruz de Cristo". Dirigiéndose al nuevo sacerdote, expresó: "Hernán, vas a ser sacerdote, en un instante libremente vas a responder al llamado de Cristo de una forma definitiva, serás sacerdote para siempre, para servir a Dios y a tus hermanos. Por eso, tu consagración debe ser para Dios y para siempre. En el camino se darán muchas tormentas, como las que hoy vive la Iglesia, una Iglesia que es perseguida, hoy los medios de comunicación no se refieren a la Iglesia, ni a Cristo, hablar de Dios es como decir una mala palabra; no descuides la oración y el trato cotidiano con el Señor en la santa misa y en el hermano sufriente".
"Estos hijos tuyos que te reciben hoy en Iguazú, te irán conociendo cada día más. Que en ti encuentren a Cristo; que sepan que siempre cuando de ti reciban la Eucaristía y el perdón de los pecados, no es Hernán, es Cristo quien alimenta y perdona. Que en el servicio común seas un digno servidor, que tus hermanos vean en ti a Cristo y en ellos veas a Cristo sufriente que te necesita", agregó.
Por último, exhortó a los fieles a cuidarlo, a que sean su familia, y refiriéndose a Hernán, recordó que su carácter secular no lo aleja de sus familiares: al contrario, los acerca más que nunca. "Nunca te olvides de ellos, que son tu primer seminario, tu primera escuela de oración". Y recordó: "Debes ser siempre un hijo de María, que nuestra Señora del Rosario venga siempre en tu auxilio, y que hoy en adelante en María encuentres una madre".+