Sínodo: Una Iglesia empática con los jóvenes y que busque la justicia social
- 12 de octubre, 2018
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Ciudad del Vaticano
Velar por la seguridad de los migrantes, defender la igualdad de género dentro de la institución, proteger las raíces culturales y promover el ecumenismo, son algunas de las propuestas presentadas en la 10° Congregación General del Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes, que se celebra en el Vaticano.
El Sínodo de los Obispos dedicado a los Jóvenes, que se celebra en el Vaticano hasta el 28 de octubre, prosiguió hoy su desarrollo con la 10° Congregación General, en la que participaron 257 padres sinodales, además de numerosos auditores y delegados fraternos.
Los coloquios se centraron en la segunda parte del Instrumentum Laboris, cuyo tema es "Interpretación: Fe y discernimiento vocacional".
Según Vatican News, la escucha activa, la empatía y el diálogo marcaron esta asamblea sinodal, especialmente conmovida por los testimonios de los jóvenes procedentes de varios países que piden que se garanticen plenamente los derechos a la paz y a la estabilidad.
Entre las intervenciones de los obispos, destacaron aquellas centradas en la amenaza del fundamentalismo religioso y la corrupción que se cierne sobre el horizonte de la fe y la esperanza de los jóvenes. ¿Cómo responder al deseo de justicia inscrito en el corazón de los jóvenes? Los prelados proponen actuar sobre todo aplicando una buena formación cristiana y humana, pero dicen "no" a un enfoque exclusivamente "occidental".
La clave, reporta Vatican News, es lograr un cambio cultural: hay que prestar más atención a la cuestión de la migración, la pobreza y la pérdida de las raíces culturales que afligen a tantos jóvenes en los países del sur del mundo.
El Sínodo también pone de relieve el malestar que experimentan los jóvenes ante la injusticia, la discriminación social y los escándalos que dañan la credibilidad de la institución, a la vez que lanzan un llamamiento a aumentar la presencia de las mujeres en la Iglesia y a promover una pastoral sensible a la "igualdad de género".
En este contexto, se señaló que las mujeres pueden ayudar a romper esos "círculos clericales cerrados", que en muchos casos, podrían haber favorecido al encubrimiento del abuso.
Asimismo, la Congregación General habló sobre la grave situación de muchos migrantes que no disponen de una regularización legal en los países de acogida, por lo que se pide a la Iglesia que sea la voz de los más vulnerables.
Finalmente, en la sala se realizaron las intervenciones de los delegados fraternos designados por las respectivas iglesias y comunidades eclesiales que aún no están en plena comunión con la Iglesia católica.
Después de la intervención del reverendo Tim Macquiban, director de la Oficina Ecuménica Metodista, que destacó el valor de los movimientos laicales, tomaron la palabra otros seis miembros de diferentes denominaciones cristianas.
El Metropolitano de los Dardanelos en Estados Unidos, Nikitas Lulias, en representación del Patriarcado Ecuménico, pidió una nueva ola de frescura, un nuevo soplo del Espíritu para ayudar a los cristianos a presentar su fe a los jóvenes sin fórmulas rígidas, respetando la verdad del Evangelio.
Por su parte, el obispo Athanasius de Bogdania, delegado de la Iglesia Ortodoxa Rumana, subrayó la necesidad de fomentar una relación personal y amistosa con Cristo en los jóvenes a través de la oración y la ascesis en tiempos caracterizados por "maestros improvisados que se proclaman portadores de la verdad".+