Cáritas Argentina consideró importante que se apruebe la ley que establece el Régimen de Integración Socio-Urbana y Regularización Dominial (ReNaBaP), dado que "sentará las bases necesarias para generar procesos de regularización dominial e integración urbana, y muchas personas y familias ?especialmente los más empobrecidos? puedan acceder a los derechos básicos de tener tierra y techo".
Cáritas Argentina, que preside monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes, consideró importante que se apruebe la ley que establece el Régimen de Integración Socio-Urbana y Regularización Dominial (ReNaBaP) que, con media sanción de la Cámara de Diputados, debatirá hoy el Senado.
La organización caritativa de la Iglesia destacó que la iniciativa parlamentaria, de aprobarse, "sentará las bases necesarias para generar procesos de regularización dominial e integración urbana, y muchas personas y familias?especialmente los más empobrecidos? puedan acceder a los derechos básicos de tener tierra y techo".
"La ley suspende los desalojos por 4 años y establece que el 25% de las obras a realizarse sea a través de cooperativas de trabajo", recordó en un comunicado.
Texto del comunicado
Este miércoles 10 de octubre se votará en la Cámara de Senadores el proyecto de Ley que establece el Régimen de Integración Socio-Urbana y Regularización Dominial, que obtuvo media sanción en Diputados, por unanimidad, el 4 de julio pasado. Dicho marco legal declara de utilidad pública y sujeta a expropiación las tierras de 4416 barrios populares identificados en Argentina, reconocidos en el proceso de Relevamiento Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP - Decreto presidencial 358/17).
Como Cáritas Argentina queremos destacar la importancia de la aprobación de este Proyecto, ya que sentará las bases necesarias para generar procesos de regularización dominial e integración urbana, y muchas personas y familias?especialmente los más empobrecidos? puedan acceder a los derechos básicos de tener tierra y techo. La ley suspende los desalojos por 4 años y establece que el 25% de las obras a realizarse sea a través de cooperativas de trabajo.
Esta concreción será un motivo de esperanza: hemos sido testigos de este camino desde su inicio en el 2016, acompañando institucionalmente la gran tarea de relevamiento de todas las villas y asentamientos del país por organizaciones y movimientos sociales en un proceso de trabajo conjunto con el Estado. Nos impulsó la convicción de estar alentando una construcción en la línea del bien común, con base en la justicia y la dignidad.
Es un logro estructural, fruto de la opción por generar proceso y no por ocupar espacios. Cada uno de nosotros no es más que parte de un todo complejo y diverso interactuando en el tiempo. Si bien es sólo un paso, es un primer gran paso. Sabemos que el trabajo y la lucha cotidiana no termina con esta ley: dependerá de la capacidad de organización para que la regularización dominial, las partidas presupuestarias, la obtención de servicios públicos accesibles y las complementarias políticas públicas se hagan realidad.
Esperamos que el voto por unanimidad de Diputados se repita en Senadores. Que las diferencias políticas o los egoísmo de corto plazo no se pongan por sobre la vida y la dignidad que cada uno se merece.
Nos unimos a las palabras del Papa Francisco pronunciadas el 9 de julio de 2015 en Cochabamba: "el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio. Los acompaño. Y cada uno digamos juntos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez".
Informes:
www.caritas.org.ar.+