Monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, en su habitual reflexión dominical, para el XXVII domingo durante el año, tomó tres conceptos: "La trampa legalista y respuesta revolucionaria de Jesús"; "El designio de Dios sobre la grandeza del matrimonio" y "La indisolubilidad del Sacramento del Matrimonio y la situación de los divorciados en nueva unión".
En su habitual reflexión dominical, para el XXVII domingo durante el año,
monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, tomó los siguientes conceptos: la "trampa legalista", la "grandeza del matrimonio", la "indisolubilidad" y la "nueva unión". Advirtió que el texto del Evangelio de Marcos es "complejo para captarlo en su contexto original y también lo es para la transmisión en la realidad actual".
La ?trampa legalista? y respuesta revolucionaria de Jesús
"Es evidente que a estos fariseos no les interesa la verdad sino poner una trampa al Señor. Por eso se sirven de esta consulta particular que apunta a responder sobre qué causas son legítimas para que el varón se pueda divorciar de su mujer. Actitud altamente negativa y tramposa de los fariseos", definió.
Pero el Señor, indicó monseñor Mestre, "no se deja encerrar en la disputa legalista y tiene una postura revolucionaria poniendo en el mismo nivel al varón y a la mujer". En esa época, la mujer era considerada "propiedad" del hombre, sin tener ella posibilidad de decisión. Pero Jesús los pone al mismo nivel superando toda "cosificación machista de la mujer". "Su planteo es totalmente original y refleja la no acepción de personas en Dios", demostró el prelado.
El designio de Dios sobre la ?grandeza del matrimonio?
El "permiso" de Moisés toma protagonismo en este punto: pero el Señor invita a "mirar el plan primigenio de Dios". Y aconsejó, ante cualquier tema existencial o moral, buscar "el designio originario del Creador que nos hizo buenos y para el bien y la verdad". La grandeza del matrimonio implica que "los dos son ?uno?, una sola carne. Los dos, varón y mujer, forman una unidad perfecta en total armonía y complementariedad", explicó. "Este es el plan original de Dios que hay que promover y defender como base del auténtico Evangelio de la familia y de la vida", enseñó monseñor Mestre.
La ?indisolubilidad? del Sacramento del Matrimonio y la situación de los divorciados en ?nueva unión?
La unidad entre varón y mujer, "es tan fuerte en sí y por la bendición de Dios que configurados a partir del Sacramento del Matrimonio es absolutamente indisoluble", señaló el obispo marplatense. Pero advirtió que "no se trata de una simple exigencia exterior, sino que el Señor se compromete hasta el fondo capacitando espiritualmente a los esposos para que su amor sea pleno y profundo. Así lo van a poder defender de cualquier vaivén o dificultad en el camino de la vida".
Sin embargo, no todos los matrimonios siempre llegan a buen término. Ante la realidad de la separación y la nueva unión, se piensa que estas personas quedan discriminadas y rechazadas por la Iglesia. Monseñor Mestre retomó las palabras del papa Francisco en el documento Amoris laetitia en donde deja en claro que "nadie debe sentirse discriminado". "En las situaciones concretas de aquellos matrimonios que se han separado de forma definitiva y no puedan realizar por ningún motivo la nulidad, el Papa los invita a realizar un camino de discernimiento en el marco de la libertad de conciencia para detectar qué pasos se pueden dar", mencionó el prelado.
De esta manera, el resultado final puede ser "permanecer fieles a la vida de la fe y de la Iglesia sin la participación plena en los Sacramentos;" o bien, "como fruto del discernimiento y atendiendo especialmente a las limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad de las personas concretas (cf. AL 301-302), sería posible el acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. AL notas 336 y 351) cuya celebración, a su vez, dispone a la persona a seguir encontrando los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites (AL 305)". +