En la parroquia San Juan María Vianney, de la localidad bonaerense de Monte Chingolo, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, celebró la misa por el inicio de las celebraciones por los 75 años del Municipio de Lanús. Allí, delante de autoridades locales, el prelado le pidió a la Virgen que "los problemas no impidan el diálogo, ni el trabajo por el bien común y que todos puedan caminar hacia ese objetivo".
En la parroquia San Juan María Vianney, de la localidad bonaerense de Monte Chingolo, el obispo de Avellaneda-Lanús,
monseñor Rubén Oscar Frassia, celebró la misa por el inicio de las celebraciones por los 75 años del Municipio de Lanús, ocurrida el 29 de septiembre de 1944.
Con la presencia del intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y parte de su gabinete, se rezó por la comunidad local y por los peregrinos que están en camino hacia Luján.
Además la celebración litúrgica fue por los difuntos de la comunidad y de los vecinos, en especial los fallecidos en septiembre.
"Estamos llamados porque tenemos una vocación esencial no secundaria. Es esencial a nuestra propia existencia, querer el bien de los otros, buscar el bien de los demás, pensar en los otros, pensar en los niños, en la educación, en los enfermos, en los ancianos, pensar en aquellos que no tienen trabajo, que la están pasando mal", expresó en la homilía monseñor Frassia.
¡Hay que pensar! ¡Hay que amar! Pero también hay que contribuir. No se puede vivir poniendo palos en la rueda para que todo sea un fracaso. Sí, hay dificultades y todos tenemos que llamar las cosas por su nombre, pero tenemos que hacer el esfuerzo para que vivamos como hijos de Dios, para que nos tratemos como hermanos y para que respetemos al otro en serio", agregó.
El prelado le pidió a la Virgen que "las cosas y los problemas no impidan el diálogo, ni el trabajo por el bien común y que todos puedan caminar hacia ese objetivo" y consideró que "cada uno tiene que reconocer las cosas, los logros y también las equivocaciones porque estas cosas nos ayudan a crecer".
"Como un niño cuando se equivoca, ¡ojalá tenga la mamá para corregirlo!, porque corrigiéndolo ese niño va a crecer. También nosotros tenemos que crecer. Crecer en la verdad. Crecer en la responsabilidad. Crecer en el trabajo. Crecer en el esfuerzo. Crecer en el respeto. Crecer en el amor. Crecer en el trato que debemos tener unos para con otros", sostuvo.
Monseñor Frassia invitó a pedirle a la Virgen que "nos bendiga como Nación, que nos bendiga a nosotros, que bendiga a todos los cristianos y a quienes no lo son, pero también que nos bendiga como ciudadanos de este mundo, ya que no somos solo habitantes -porque el habitante como que se pone y está ahí- ¡ciudadano!"
"El ciudadano tiene que adquirir virtudes sociales, comportamiento social y desarrollar actitudes sociales para que pasemos de habitantes a ciudadanos. Es decir que podamos descubrir y vivir nuestra vocación más suprema: el amor de Dios, en el amor a nosotros y en el amor a cada uno de nuestros hermanos", concluyó.+
Texto de la homilía