Presidente de las OMP puso el Año Misionero a los pies de la Virgen de Guadalupe
- 5 de octubre, 2018
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Ciudad de México
El subsecretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las Obras Misionales Pontificias (OMP), monseñor Giovanni Pietro Dal Toso, presidió, en la tarde del martes 2 de octubre, en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, México, una celebración eucarística en el marco del cincuentenario de la revista Ad Gentes y la apertura del Año de la Misión en México.
El subsecretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las Obras Misionales Pontificias (POM), monseñor Giovanni Pietro Dal Toso, presidió, en la tarde del martes 2 de octubre, fiesta de los ángeles custodios, en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, México, una celebración eucarística en el marco del cincuentenario de la revista Ad Gentes y la apertura del Año de la Misión en México.
"Estamos aquí para abrir el Año Misionero. La Iglesia es misionera y lo es precisamente porque todos los hombres pueden experimentar que Cristo murió y resucitó por él, para liberarlos de todo mal y darles auténtica vida. Así también podemos entender la presencia de los ángeles: cada uno de nosotros disfruta de una ayuda especial a través del ángel para recorrer los senderos del bien. El ángel nos instruye, nos aconseja, nos defiende, para que este bien pueda ser preservado en nosotros, la salvación que Dios ha adquirido para nosotros en Cristo, su Hijo".
El arzobispo señaló que "Dios nos envía a sus ángeles para que nos sigan, nos acompañen, nos guarden. Los ángeles son instrumentos de Dios. Dios es bueno con nosotros, no quiere nuestro mal, sino nuestro bien". Para disfrutar de la protección de los ángeles "debemos ser como niños", como dice el Evangelio. "Pero ser un niño ante Dios", explicó, "no significa ser egoísta y hacer berrinches. Ser niños significa abrirnos con confianza a la acción de Dios en nosotros. Como el niño que está a salvo porque se siente en los brazos de su padre o madre, el cristiano está a salvo porque se siente en los brazos de Dios".
La tercera consideración de monseñor Dal Toso se refiere a la contemplación del rostro de Dios: los ángeles ya lo contemplan, el hombre lo desea. "Dios nos envía a sus ángeles para que nos acompañen en nuestro viaje hasta que también nosotros podamos contemplar el rostro de Dios y ser transformados en él".
El presidente de las OMP concluyó la homilía con una invocación a la Virgen María: "La Santísima Virgen, que mostró su rostro aquí, Ella, la Reina de los ángeles que ha aceptado el anuncio del ángel, puede interceder, especialmente en este Año Misionero para que cada hombre pueda disfrutar de la protección de los ángeles y contemplar un día, para siempre, el rostro de Dios". +