Mons. Tissera: El Sínodo, una oportunidad para rejuvenecer a la Iglesia
- 4 de octubre, 2018
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Ciudad del Vaticano
"Este Sínodo es un momento privilegiado para la Iglesia. Para la Iglesia es una oportunidad de rejuvenecernos, porque envejecemos cuando perdemos la fuerza del Evangelio", expresó el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, padre sinodal electo por la Conferencia Episcopal Argentina, durante la conferencia de prensa, este jueves 4 de octubre, en la Sala de Prensa de la Santa Sede al finalizar las primeras sesiones de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
"Este Sínodo es un momento privilegiado para la Iglesia. Para la Iglesia es una oportunidad de rejuvenecernos, porque envejecemos cuando perdemos la fuerza del Evangelio", expresó el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, padre sinodal electo por la Conferencia Episcopal Argentina, durante la conferencia de prensa, este jueves 4 de octubre, en la Sala de Prensa de la Santa Sede al finalizar las primeras sesiones de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
La rueda de prensa, en la que participó monseñor Tissera, fue coordinada por el prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Paolo Ruffini, que dijo que en esta 2ª sesión participaron 25 padres sinodales y el tema de la escucha fue una constante en todas ellas.
El obispo de Quilmes recordó en primer lugar a los periodistas presentes que "América Latina es el continente que acoge a la mayoría de los cristianos" y añadió: "Estamos aquí para escuchar profundamente los clamores de la juventud de todo el mundo. Hay que caminar con un oído en el pueblo y con otro en el Evangelio, y en este caso, con un oído en los jóvenes y otro en el Evangelio", subrayó.
En este sentido, señaló que uno de los retos es "provocar el encuentro entre Jesús y los jóvenes de hoy, y nosotros, como cualquier cristiano, somos un intermediario".
Aclaró que cuando los padres sinodales hablan de "la llamada" a los jóvenes, del discernimiento vocacional, no es únicamente una referencia a la llamada al sacerdocio, sino que es una llamada "a vivir, a seguir, el camino de Jesús".
Sobre el acento que se está poniendo en la necesidad de escucha, afirmó que "hay que escuchar a esos jóvenes para hacerles entender que Dios los ama. Los jóvenes no están perdidos, quizás la que está perdida es la sociedad que no les abre las puertas. Por lo tanto, estos días estamos escuchando", concluyó monseñor Tissera
Recuperar la capacidad de escucha
El prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, explicó que los trabajos del Sínodo se organizaron en una estructura de tres partes, siendo la primera dedicada a la Iglesia en escucha de la realidad, que se alargará durante esta primera semana del Sínodo. Las otras dos son interpretar y escoger.
Seguidamente señaló en las intervenciones de los 25 padres sinodales se habló sobre el problema del descarte, la credibilidad de la Iglesia, afectividad y la sexualidad, la vocación en sentido amplio: laical y religiosa, la acogida de los migrantes, "ya que de hecho, los migrantes son casi todos jóvenes", indicó el prefecto.
Otros temas fueron la necesidad de recuperar la capacidad de escucha y de recuperar la paternidad de la Iglesia. Se ha reflexionado sobre la familia como lugar de la fe; sobre cómo los jóvenes viven la propia religiosidad; sobre cómo se puede hacer para que las religiones permanezcan abiertas al diálogo y al testimonio.
Por otra parte, también se prestó atención a cómo debe ser la pastoral juvenil, y se señaló "que no debe ser un intento de domesticar".
Asimismo se mencionó la capacidad de profecía de los jóvenes, de su capacidad de mirar al futuro. Se habló del perdón de la Iglesia cuando no estuvo a la altura de sus compromisos. Se abordó el tema de los abusos. La necesidad de la Iglesia de ser empática y las relaciones entre diferentes generaciones.
"El clima era muy participativo. Se prestó gran atención a los participantes que no eran padres sinodales", comentó sobre las intervenciones Paolo Ruffini, agregando: "Se percibió en todas las intervenciones un constante deseo de soñar junto con los jóvenes, de intentar mirar el mundo con los ojos de los jóvenes", concluyó el prefecto.