Inauguración del pesebre en plaza Seeber

GARCÍA CUERVA, Jorge Ignacio - Reflexiones - Palabras de monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires en la inauguración del pesebre en plaza Seeber (19 de diciembre de 2024)

El pesebre está en el corazón más profundo de la religiosidad de nuestro pueblo. Para todos el pesebre es símbolo del amor de Dios y por eso nos ha dolido tanto, en estos días, algunas expresiones tan vulgares, tan desagradables, de burlarse de algo tan sagrado para nuestro pueblo como es el pesebre.

Porque el pesebre nos habla de familia, de familia grande, nos habla de fraternidad. Porque el amor de Dios es para todos, para los pastores, hombres sencillos, y también para los reyes venidos de Oriente. El amor de Dios es para todos, el pesebre nos hace familia. Cuanto necesitamos los argentinos de ser familia, de ser distintos pero todos hermanos. 

El pesebre también nos habla de esperanza y de que no hay que bajar los brazos porque la vida de María y de José no fue una vida fácil y la lucharon, la pelearon junto con su niño y salieron adelante. 

Y también el pesebre nos habla del amor de Dios. Dios es un loco por la humanidad, nos ama tanto pero tanto que se quiere hacer uno de nosotros y entonces, en ese niño, sabemos que está todo el amor de Dios que quiere compartir la vida con nosotros. 

Por eso el pesebre entonces nos habla de familia grande para pastores y para reyes. Nos habla de esperanza y de lucha en María y en José que no bajaron los brazos, y nos habla del amor de Dios en ese niño que nos ama tanto que se hizo uno de nosotros. 

Un lugar sagrado el pesebre, sagrado en nuestro corazón, sagrado en las entrañas de nuestro pueblo. Por eso merece todo el respeto, por eso merece de parte de nosotros que lo bendigamos, lo vamos a hacer con el agua bendita, para que cada uno cuando se acerque pueda sentir que, una vez más, no está todo perdido. Que Dios vuelve a elegirnos en esta Navidad, que vuelve a nacer entre nosotros, que nos invita a ser familia y nos invita a no bajar los brazos y seguir viviendo con esperanza.

Bendice el Señor este pesebre en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Y muy feliz Navidad para todos.

Mons. Jorge Ignacio García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires