La paternidad de San José en nuestra vida
MESTRE, Gabriel Antonio - Homilías - Homilía de monseñor Gabriel Mestre, arzobispo de La Plata, en Seminario arquidiocesano San José de (19 de marzo de 2024)
Queridas hermanas y queridos hermanos:
Con toda la Iglesia celebramos hoy la solemnidad de San José. Para nuestro Seminario es una fecha muy importante dado que, bajo el patronazgo de San José, se han formado, nos hemos formado, y se forman los pastores y futuros pastores de su Pueblo. A la luz de la Escritura y la gran rica tradición de la Iglesia comparto tres breves puntos sintetizados en tres palabras: ARTESANAL, SUEÑOS, PATERNIDAD.
1. La dimensión ARTESANAL de la vida de fe
2. Dejarnos interpelar por los SUEÑOS de Dios
3. Una PATERNIDAD que cuida y acompaña
1. La dimensión ARTESANAL de la vida de fe
José no es parte de ninguno de los grupos que habitualmente encontramos en el Nuevo Testamento y su contexto. No es rabí ni escriba; no es fariseo, sacerdote ni levita; no es saduceo ni zelote; no es herodiano ni publicano. Mt 13,55 nos dice que José es un carpintero, un tékton en la lengua griega del NT, o un naggar en lengua hebrea, es decir un pequeño ARTESANO, trabajador de la madera con sus manos y, tal vez, de otras materias primas.
Lo que es ARTESANAL se contrapone a lo que se realiza en serie, lo ARTESANAL habla de personalización y personalizar. Lo ARTESANAL nos habla de libertad y creatividad. Lo ARTESANAL es delicado, positivamente sensible, cuidadoso del detalle. El ARTESANO se debe involucrar en su obra. La presencia de San José es en nuestra vida profundamente ARTESANAL. Está marcada por estas características. Muchos de nosotros, pastores y futuros pastores, experimentamos y hemos experimentado en esta casa la presencia ARTESANAL del querido San José en nuestra vida. Su presencia ARTESANAL nos compromete a todos los bautizados, especialmente a los ministros ordenados, a buscar caminos de fe en clave ARTESANAL. Ser realmente ARTESANOS de la paz, de la ternura, del diálogo y del encuentro. No somos máquinas, no somos funcionarios, no somos jefes, no somos empleados, no somos príncipes... somos ARTESANOS de la vida en abundancia que Cristo nos trae para acompañar a nuestro Pueblo. Que nuestras manos estén al servicio de custodiar ARTESANALMENTE a aquellos que el Señor ha puesto bajo nuestro cuidado pastoral.
2. Dejarnos interpelar por los SUEÑOS de Dios
Con el trasfondo de la imagen del patriarca José, hijo de Jacob, en el Primer Testamento, San José aparece como el hombre de los SUEÑOS. Los pocos datos que tenemos en el NT están muy asociados a la raíz griega onar que significa SUEÑO. Todo este proceso de crisis que experimenta de cara a su decisión con María, como acabamos de escuchar en el Evangelio, está marcado por los SUEÑOS. Sabemos por la moderna psicología que es propio del SUEÑO deponer toda barrera, todo mecanismo de limitación. En el SUEÑO se baja la guardia y se permite transitar con más libertad. Este bajar la guardia de San José es ante Dios. Es Dios quién le habla en los SUEÑOS a través de su ángel.
Con San José, como San José, bajemos la guardia y SOÑEMOS para que Dios nos pueda hablar y revelar su santa voluntad. Con José, como José SOÑEMOS los SUEÑOS de Dios para nuestra vida, la Iglesia y la humanidad. Dejémonos interpelar por los SUEÑOS de Dios para hoy discernir su santa voluntad en los contextos complejos de nuestro tiempo. Pidamos, también, la misma voluntad de José para arrojarnos como él a los SUEÑOS de Dios.
3. Una PATERNIDAD que cuida y acompaña
Solo Dios es PADRE con mayúscula. El Dios eterno es fuente de toda PATERNIDAD. Es PADRE que crea, cuida y acompaña en el crecimiento de la vida de sus hijos. La PATERNIDAD de Dios no es cerrada, es difusiva y centrípeta. Dios comunica y participa su PATERNIDAD. Elige a algunos para que sean su presencia PATERNAL en la vida y en la historia. Esta es una de las características fundamentales de San José. Al ser elegido por el mismo Dios para ser PADRE adoptivo de Jesús, el Mesías y Salvador, San José es modelo de verdadera y santa PATERNIDAD. El gran patriarca ha sido y es nuestro PADRE y en nombre de Dios nos cuida y acompaña.
Dios PADRE y San José, también nuestro PADRE, nos animan a ser también nosotros PADRES en su nombre. Con la fuerza de Dios, y el modelo y la intercesión de San José, los pastores y futuros pastores somos invitados a renovar nuestro servicio PATERNO en nuestros contextos. Nos decía el Papa Francisco durante el año de San José: Nadie nace PADRE, sino que se hace. ... [cuando] alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la PATERNIDAD respecto a él... También la Iglesia de hoy en día necesita PADRES... (Patris Corde 7). Pidamos la gracia de siempre estar en camino de ser y hacernos PADRE al servicio de nuestros hermanos.
Para concluir
Termino con la breve oración del Papa Francisco al final de la Carta Apostólica Patris Cordis que nos invita a confiarnos en la paternidad de San José:
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.
Mons. Gabriel Mestre, arzobispo de La Plata